
Jorge Montejo
Pachuca, Hidalgo, 6 de junio de 2025. — Miguel Ángel Osorio Chong debe andar con el alma en pena y la corbata desajustada: sus más cercanos colaboradores, esos que formaban su séquito dorado durante los años de gloria priista, hoy hacen fila para aplaudir en los mítines de Morena. Y no sólo eso, ya votan felices en las elecciones judiciales organizadas por la 4T, donde varios de los candidatos a jueces y magistrados en Hidalgo parecen más priistas reciclados que nuevos cuadros de izquierda.
Hasta Francisco Olvera, su viejo amigo, luce más guinda que rojo, y no falta quien diga que ya se está probando la chamarra de Morena con logotipo bordado. La metamorfosis es tan descarada que da ternura: priistas de toda la vida hoy juran amor eterno a la Cuarta Transformación. Chong, mientras tanto, ve cómo sus alfiles se convierten en morenistas. ¿Y todo para qué? Para no quedarse sin hueso… aunque sea en nombre del pueblo.
Hasta Francisco Olvera, su viejo amigo, luce más guinda que rojo, y no falta quien diga que ya se está probando la chamarra de Morena con logotipo bordado. La metamorfosis es tan descarada que da ternura: priistas de toda la vida hoy juran amor eterno a la Cuarta Transformación. Chong, mientras tanto, ve cómo sus alfiles se convierten en morenistas. ¿Y todo para qué? Para no quedarse sin hueso… aunque sea en nombre del pueblo.