Alonso Quijano
En un episodio más del “Morena Tour” internacional, circulan en redes sociales imágenes de Andrés (Andy) Manuel López Beltrán, secretario de Organización de Morena e hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, disfrutando de un desayuno en el exclusivo hotel Okura de Tokio, Japón. Acompañado por el diputado Daniel Asaf —exmano derecha de AMLO y viejo conocido de la 4T—, Andy fue captado con su ya clásica gorra y lentes oscuros, incluso en interiores.
Pero mientras Andy degustaba los manjares nipones en un hotel catalogado como “de lujo”, en México su ausencia no pasó desapercibida. Apenas la semana pasada, fue blanco de críticas al no asistir a la VIII Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional de Morena, donde funge como secretario de Organización. La ausencia provocó malestar entre la militancia y hasta la prensa afín, que se preguntó si el joven operador de la 4T tenía otras prioridades.
El vocero de Morena en la Cámara de Diputados, Arturo Ávila, salió al rescate mediático. “Entiendo que desde antes él ya había avisado que tenía un viaje programado en lo personal. No se debe a ningún tema de haber querido faltar, es un viaje que él ya había programado con mucha anterioridad”, explicó. No faltó, pues, el hermano mayor, José Ramón López Beltrán, quien justificó: “No hace falta estar ahí en persona todo el tiempo para demostrar lo que se está construyendo desde Morena”. Porque, claro, la transformación también se hace a distancia… y, al parecer, desde suites de lujo alrededor del mundo.
No es el primer caso reciente que exhibe a figuras del oficialismo morenista en destinos exclusivos. El secretario de Educación Pública, Mario Delgado, fue exhibido de vacaciones en Lisboa, Portugal, mientras el coordinador de Morena en San Lázaro, Ricardo Monreal, fue visto en Madrid. Ni qué decir del exgobernador veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares, quien apareció en un club de playa en Capri, Italia, y del diputado Enrique Vázquez, muy cercano a Monreal, de fiesta en Ibiza.
Así, mientras en México la austeridad es bandera discursiva y la narrativa oficial presume sacrificios y trabajo de campo, los principales cuadros de Morena se pasean sin rubor por Europa y Asia. La transformación, para algunos, parece ser sinónimo de pasaporte sellado y desayuno continental. El show de la 4T continúa, aunque no siempre —o casi nunca— en territorio nacional.
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Posdata: Mientras los chairos se desgarran las vestiduras con el cuento del populismo y la austeridad republicana, sus líderes disfrutan una doble vida de millonarios en hoteles de lujo y destinos exclusivos alrededor del mundo. Así cualquiera defiende la “transformación”. ¿Dónde quedaron los principios e ideales que decían defender?
