
María Gil
13 de julio de 2025
Guadalajara, Jalisco.— La madrugada de ayer, una joven identificada como Carla fue asesinada a sangre fría en la Colonia Balcones de Oblatos, en Guadalajara, en un episodio que ilustra el extremo de violencia feminicida que sigue azotando al país. El crimen, captado en video por una cámara de seguridad, muestra el nivel de brutalidad y la sensación de impunidad que reina en la entidad.
Eran la 1:36 de la mañana cuando Carla, de 28 años, se enfrentó a su presunto agresor —identificado por familiares y vecinos como su ex pareja sentimental— afuera de su domicilio, sobre la calle Hacienda de Cedros, cerca de Hacienda de los Pozos. La cámara revela cómo, tras una llamada telefónica, el sujeto —vestido con sudadera azul y tenis blancos— se acerca al domicilio y comienza una violenta discusión.
La conversación es todo menos diplomática:
—“Qué tanto chingas, ábrete a la verga ya”, le grita Carla desde la entrada, cansada y claramente harta de la insistencia del hombre.
—“Ábreme (la puerta)”, responde él, sin mayor argumento.
—“Ábrete a chingar a tu madre, aquí no tienes nada qué hacer, pinche mugroso de mierda”, revira ella, reafirmando el límite ante el acoso.
Fuera de cuadro, la discusión se intensifica, hasta que Carla, visiblemente molesta y armada con una escoba rota y un cuchillo, sale a encarar al hombre y golpea la camioneta Chevrolet Equinox blanca —sin placas traseras— en la que el sujeto llegó.
—“Y saca tu puto ‘erre’”, le reta la joven, refiriéndose a un arma larga.
Como si se tratara de una profecía autocumplida, el agresor abre la puerta trasera de la camioneta y extrae lo que parece ser un fusil AR-15. Ante los gritos y la confrontación, el hombre dispara primero al costado de la víctima, intentando amedrentarla. Acto seguido, en un instante de absoluta violencia, le dispara en la cabeza, asesinándola al instante frente a los ojos atónitos de familiares y vecinos.
El feminicida, cuya identidad aún no ha sido oficialmente revelada, huyó de la escena a bordo de la misma Equinox blanca. Hasta el cierre de esta nota, las autoridades no han reportado su localización, una situación que lamentablemente se repite en cientos de casos similares a lo largo y ancho del país.
El asesinato de Carla es, una vez más, el retrato de la violencia de género que persiste en México, donde la respuesta institucional sigue siendo insuficiente y la impunidad, la regla. Una mujer más, silenciada a balazos en la calle, mientras el Estado observa y las cámaras sólo documentan el horror.
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