
26/06/25
La infraestructura que sostiene a la ciudad, fue construida en una época en que el PRI gobernaba con una visión de modernidad y desarrollo.
La gentrificación en la Ciudad de México no es un fenómeno espontáneo, sino el resultado de una larga historia de malas decisiones y desfalcos. El mismo grupo político ha estado al frente del gobierno de la CDMX en cinco gestiones, y hoy no tiene excusa para justificar el abandono y el saqueo.
La infraestructura que sostiene a la ciudad –las once líneas del Metro, las unidades habitacionales emblemáticas, la Central de Abasto, los mercados y la infraestructura hidráulica–, fue construida en una época en que el PRI gobernaba con una visión de modernidad y desarrollo, transformando la ciudad y dándole estabilidad.
La gentrificación se originó en el gobierno de López Obrador como jefe de Gobierno, cuando publicó el Bando 2, que restringió el desarrollo inmobiliario en 12 de las 16 delegaciones, afectando el suelo urbano en el centro de la ciudad (Cuauhtémoc, Benito Juárez, Miguel Hidalgo y Venustiano Carranza). Aunque el propósito de proteger los suelos de conservación puede justificarse, esto debió ir acompañado de oportunidades de vivienda popular.
Sin embargo, se han priorizado obras costosas y proyectos que, en muchos casos, terminaron en corrupción y sobrecostos, como el segundo piso del Periférico, cuyos expedientes siguen reservados. Otro ejemplo es la fallida Línea 12 del Metro que, además de corrupción, mostró deficiencias técnicas.
En 2022, Claudia Sheinbaum firmó un acuerdo con la UNESCO para convertir a la Ciudad de México en un centro global para nómadas digitales. Aunque esto no es del todo negativo, se autorizó sin regulación ni planes de desarrollo urbano y vivienda.
Desde que Morena llegó al gobierno, la construcción de vivienda popular ha decrecido, pasando de 132 mil unidades en 2018 a 42 mil en 2024, y en 2025 se han construido sólo 17 mil. La solución real está en invertir en vivienda social, con una buena planificación urbana sustentable; muchos especialistas han opinado sobre esto, pero no han sido escuchados.
Morena ha impulsado un gobierno centralista, debilitando la autonomía de las alcaldías y reduciendo sus facultades. De los 11 trámites necesarios para construir un inmueble, el gobierno central autoriza nueve, dejando a las alcaldías sólo la supervisión. A diferencia de otros municipios, el impuesto predial lo administra el gobierno central, que proyecta recaudar 26 mil millones de pesos en 2025.
La historia de la Ciudad de México no puede reducirse a un relato de obras inútiles y corrupción. La pregunta es: ¿a quiénes ha beneficiado realmente Morena en la CDMX? La respuesta es clara: a los desarrolladores de vivienda, no al pueblo que dice proteger.
Lo que busca Morena es crear el escenario para decretar medidas recaudatorias. Han quebrado al gobierno; son corruptos, ineficientes e incapaces; es decir, recorruptos, porque la ineptitud también es una forma de corrupción.