La fiesta de los chapulines en Hidalgo



#OpiniónPolítica| Alonso Quijano 

17 de agosto de 2025

Este domingo Morena celebró lo que llamó “asambleas para la conformación de comités seccionales” en Hidalgo, pero lo que en realidad se vio fue la gran pasarela de expriistas y expanistas reciclados, esos mismos que hace unos años eran señalados como la peor plaga de la política y que hoy son recibidos con alfombra guinda. Fueron alrededor de 180 reuniones en todo el estado como parte de un proceso nacional que busca instalar más de 71 mil comités en México. En otras palabras: el ejército territorial de Morena, hecho a la medida para repetir la vieja fórmula del PRI, pero ahora con discurso de “transformación”.

El dirigente estatal, Marco Antonio Rico Mercado, se lució con una entrevista para Effetá, un medio que, curiosamente, hace no tanto aplaudía a los priistas y ahora se desvive en elogios para Morena. Con tono solemne, Rico aseguró que “nuestro partido siempre se ha declarado de puertas abiertas”. Sí, puertas abiertas, pero más bien como portón de corral: ahí entra todo tipo de fauna política con tal de engordar las filas.

Para calmar a los incrédulos, el dirigente presumió la creación de una “comisión evaluadora” que revisará los perfiles de los nuevos conversos. Según su versión, si algún militante considera que no debería integrarse cierto personaje “porque lastimó a la patria”, podrá quejarse y esa comisión decidirá. Como si alguien en serio creyera que Morena va a vetar a los expriistas que traen consigo votos, estructuras y dinero. En realidad, la única condición para entrar es pintarse de guinda y repetir de memoria los dogmas de la 4T.

Rico incluso aclaró que quienes ocupen cargos destacados y hayan “lastimado al movimiento” serían observados. Pero ahí está el truco: ¿qué significa lastimar al movimiento? ¿Acaso robar desde otro partido no cuenta? Parece que el pecado solo existe si se comete fuera de Morena; una vez dentro, se borra con agua bendita de “valores y principios”.

Los comités, explicó, estarán integrados únicamente por afiliados a Morena —no simpatizantes—, lo que quiere decir que el filtro es mínimo: basta con firmar una hoja y ya eres parte del club. Recordó que en Hidalgo ya hay 120 mil afiliados listos para llenar estas mesas, lo cual garantizará presencia territorial en cada rincón del estado. En otras palabras, Morena sigue perfeccionando la vieja maquinaria priista, solo que con nueva marca y una narrativa de cambio que ya nadie compra, salvo los fieles que creen que reciclar políticos es sinónimo de transformación.

La entrevista, lejos de despejar dudas, terminó confirmando lo evidente: Morena es un PRI remasterizado, con la misma lógica de acarreo, los mismos caciques y ahora con el cinismo de decir que se trata de “abrir las puertas al pueblo”. Solo que ese pueblo, como siempre, se reduce a una élite que cambia de camiseta para seguir disfrutando de los privilegios. Y Effetá, de paso, demuestra que los medios también saben chapulinear. 

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PD: Con todo respeto, Marco Rico debería escuchar también a los fundadores y a las bases de la izquierda en Hidalgo, como ya se le ha dicho de frente. Pero en lugar de eso, sale a defender a todo chapulín y oportunista como si fuera su fiel escudero. Si deja fuera a quienes construyeron el movimiento, solo confirmará que atiende a intereses económicos de los recién llegados y no a los ideales que dieron origen a Morena.