Luisa Alcalde en Hidalgo: Comités secciónales entre chapulines y bases olvidadas



Alonso Quijano 

22 de agosto de 2025

La visita de Luisa María Alcalde a Hidalgo dejó más dudas que certezas entre la militancia de Morena. La dirigente nacional encabezó en Pachuca la conferencia donde se anunció la conformación de los Comités Seccionales en Defensa de la Transformación, un ejercicio que, según dijo, se realiza en todo el país y que en Hidalgo significará la creación de mil 858 comités. La meta, explicó, es integrar a senadores, legisladores locales, secretarios del Comité Estatal, regidores y liderazgos municipales como mentores de este proceso.

Acompañaron a la dirigente nacional la secretaria general del CEN, Carolina Rangel Gracida; el presidente estatal de Morena, Marco Rico; la senadora Simey Olvera; el senador Cuauhtémoc Ochoa Fernández; y el coordinador de la bancada morenista en el Congreso de Hidalgo, Andrés Velázquez. Sin embargo, la fotografía del evento exhibió una ausencia notoria: la de las bases fundadoras del movimiento y de la izquierda en Hidalgo, aquellos militantes que durante años defendieron urnas, organizaron comités de defensa y caminaron casa por casa cuando la “transformación” era apenas una promesa en el aire.

El problema es que los llamados “mentores” del movimiento son, en realidad, personajes que llevan apenas unos años en Morena, favorecidos con candidaturas gracias al efecto López Obrador y no por un verdadero peso político en la entidad. Senadores y diputados que brincaron de otros partidos han sido premiados con puestos regalados, y hoy se presentan como guías de un movimiento que nunca construyeron desde abajo. Para las bases, es un insulto que quienes se beneficiaron de la ola obradorista ahora sean colocados como referentes, desplazando a quienes lucharon desde el origen.

Las críticas no tardaron en aparecer en redes sociales. Militantes inconformes recordaron que Morena nació bajo las banderas del “no mentir, no robar y no traicionar al pueblo”, pero acusaron que hoy esas máximas parecen olvidadas. Lo que sí estuvo presente, según los reclamos, fueron los llamados “chapulines”: personajes con pasado priísta o panista, reciclados como morenistas de ocasión, entre ellos la senadora Simey Olvera —ex vocera de Xóchitl Gálvez y cercana al grupo de Fayad, así como a pseudo empresarios de Jalisco— y Cuauhtémoc Ochoa, expriísta cercano a Osorio Chong convertido en promotor de la 4T.

La molestia se centra en que los verdaderos cuadros de base, aquellos que acompañaron al partido desde sus primeros años, no fueron convocados ni aparecen en los registros de afiliación recientes. “O la organización es pésima, o es solo humo”, reclamó un militante, mientras otros acusaron al dirigente estatal Marco Rico de haber “quemado” al partido en Hidalgo por favorecer a expriístas y panistas, desplazando a la gente humilde que construyó el movimiento desde abajo.

La visita de Luisa Alcalde, que debía ser un acto de fortalecimiento interno, terminó evidenciando las tensiones al interior del partido en Hidalgo. El gatopardismo —ese arte de cambiar todo para que nada cambie— parece instalarse en un movimiento que prometió regeneración política y que, al menos en el estado, es señalado de abrir las puertas a los mismos de siempre.

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Posdata: Seguramente Luisa María Alcalde llegó a Hidalgo y, al mirar a su alrededor, no encontró una sola cara familiar de las que acompañaron al movimiento en sus inicios; en el evento solo había chapulines reciclados y oportunistas estrenando chaleco guinda.

Fotografía de los Hijos del Pueblo