Mayo Zambada salva la vida y hace temblar a narcopolíticos en México



Alonso Quijano 

El gobierno de Estados Unidos ha decidido no buscar la pena de muerte contra Ismael “El Mayo” Zambada, histórico líder del Cártel de Sinaloa, en un movimiento judicial que ha sacudido los cimientos del crimen organizado y de la clase política mexicana. La decisión, acordada por el Departamento de Justicia con el juez Brian Cogan, fue formalmente notificada en días recientes, y no es un gesto gratuito: todo apunta a que Zambada está colaborando con la justicia estadounidense, y lo que está diciendo tiene un valor tan explosivo que ya le salvó la vida.

El Mayo enfrenta 17 cargos, incluyendo tráfico de drogas, lavado de dinero, armas, secuestro y homicidio, pero su conocimiento profundo del sistema criminal y político parece haberle concedido una oportunidad de oro. De acuerdo con fuentes judiciales, el nivel de detalle y precisión de la información que ha comenzado a proporcionar podría poner en aprietos no sólo a criminales, sino también a exgobernadores, mandos policiacos, operadores financieros y funcionarios que durante años tejieron pactos con el narco a cambio de dinero, protección o poder.

La decisión también abarca a otros capos como Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes, pero es el caso de El Mayo el que genera más alarma. Nunca ha pisado una prisión mexicana, se mantuvo décadas como el verdadero poder detrás del Cártel de Sinaloa, incluso por encima de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y ahora está ante el mayor dilema de su vida: hundirse solo o llevarse a todos consigo.

La señal enviada desde la Corte del Distrito Este de Nueva York es clara: el gobierno de Estados Unidos no está interesado únicamente en castigar, sino en conocer. Y si lo que Zambada sabe puede reconfigurar el mapa del poder narco-político en México, entonces su testimonio vale más que una condena. Mientras tanto, en México, más de uno ha comenzado a temblar.