El ejército de 53 000 arañas: cazadoras invisibles que dominan la Tierra.


Son diminutas, letales y casi omnipresentes. Aunque muchas veces pasan desapercibidas, las arañas han conquistado todos los rincones del planeta: 53 125 especies registradas hasta hoy, según el Catálogo Mundial de Arañas del Museo de Historia Natural de Berna, en Suiza. Y la lista sigue creciendo.

El ejemplar que marcó el hito de la especie número 50 000 fue la Guriurius minuano, descubierta en 2022 en los bosques y arbustos de Argentina, Brasil y Uruguay. Esta araña saltarina recibió su nombre en honor al pueblo minuano —un grupo étnico desaparecido— y a un viento frío típico del sur. Pertenece a la familia Salticidae, famosas por sus grandes ojos negros y su sorprendente capacidad de saltar con precisión quirúrgica sobre sus presas. Actualmente existen más de 6 000 especies de estas saltarinas distribuidas en todo el mundo.

Más allá de su diversidad, el impacto ecológico de las arañas es gigantesco. Los científicos calculan que consumen entre 400 y 800 millones de toneladas de insectos cada año, convirtiéndose en los principales reguladores naturales de estas poblaciones. Sin ellas, los ecosistemas serían radicalmente diferentes… y mucho menos habitables para los humanos.

El registro formal de especies inició en 1757 y, tras más de 265 años de investigación, la cifra sigue en aumento. Según proyecciones de la revista Smithsonian, dentro de un siglo podríamos tener catalogadas otras 50 000 especies, duplicando el número actual.

Lejos de ser solo criaturas que inspiran miedo, las arañas son guardianes silenciosos del equilibrio natural. Estudiarlas no solo nos acerca a entender la biodiversidad, sino también a medir el impacto del cambio climático y la pérdida de hábitat en el planeta.

En otras palabras: esos pequeños depredadores que acechan en las esquinas son, en realidad, aliados invisibles que sostienen el delicado balance de la vida en la Tierra.