
Jaqueline Sagahón
25 de septiembre de 2025
Las redes sociales suelen ser traicioneras para los políticos que, entre descuidos y excesos de confianza, dejan rastros de lo que después intentan borrar de la memoria colectiva. Tal es el caso del actual diputado de Morena, José Narro Céspedes, quien olvidó eliminar de su perfil una serie de fotografías que hoy resultan piezas clave para reconstruir un episodio que sigue siendo un agujero negro en la historia reciente de Acapulco: la desaparición de dos marinos en mayo de 2021.
El 23 de mayo de ese año, Narro publicó imágenes que registraban su llegada al puerto, acompañado de la entonces candidata a la gubernatura, Evelyn Salgado Pineda. “Estamos en Acapulco, con un gran recibimiento en el aeropuerto y con nuestra próxima gobernadora Evelyn Salgado Pineda”, escribió el senador morenista en aquel momento. La escena parecía parte de una rutina de campaña, salvo por un detalle que con el tiempo se volvió siniestro: en la imagen, detrás de Narro y Salgado, aparece “El Gerry”, operador ligado a la delincuencia organizada y que semanas después fue vinculado con las últimas horas en que se tuvo rastro de los marinos desaparecidos.

Un usuario en redes sociales aportó entonces una segunda fotografía en la que Narro aparece rodeado de simpatizantes, bajo el lema “Voto masivo para Morena, juntos haremos historia”. El comentario añadía consignas de lucha social, pero lo verdaderamente revelador es que, de nuevo, “El Gerry” se asomaba en la imagen, como un fantasma que se repetía en distintas escenas de aquel día. Incluso otra foto en Plaza Oasis, el mismo 23 de mayo, volvió a mostrar a Narro y a Evelyn Salgado con “El Gerry” a un costado, colándose en el encuadre como si no quisiera perder protagonismo.
Ese mismo día desaparecieron los dos marinos. Sus familias no se enteraron sino hasta mes y medio después, gracias a un amparo que interpusieron para exigir información. La Fiscalía General de la República nunca ofreció avances serios en la investigación, pese a que el propio presidente López Obrador prometió en una de sus conferencias matutinas que el caso sería investigado. La Marina, bajo el mando del almirante Rafael Ojeda —hoy señalado por el escándalo que involucra a sus sobrinos políticos en una red de huachicol—, optó por el silencio. Ni una sola explicación pública.
Las versiones internas de la Marina hablan de una línea de investigación rápidamente sofocada: los marinos habrían recibido la orden de trasladar una fuerte suma de dinero hacia Acapulco, pero habrían sido emboscados por elementos corruptos de la propia institución que, al estar al tanto del movimiento, habrían decidido quedarse con los recursos. Esa pista nunca prosperó. Se apostó, más bien, por el olvido.
Mientras tanto, la vida política siguió su curso. Narro Céspedes dejó el Senado y ahora despacha como diputado federal de Morena. Abelina López Rodríguez, otra figura mencionada en estos episodios, repitió como alcaldesa de Acapulco. Y los familiares de los marinos, cansados de marchar año tras año —2023, 2024 y 2025—, siguen sin respuesta. La hermana de uno de ellos murió recientemente sin conocer qué ocurrió con su ser querido.
Las imágenes, sin embargo, permanecen como testigos incómodos. Congelan un instante en el que políticos en campaña, operadores partidistas y personajes del bajo mundo coincidieron en el mismo cuadro. Congelan también la sensación de impunidad que ha caracterizado al caso: la política abrazando a la criminalidad, la Marina silenciando a sus propios hombres y un país que olvida pronto.
Al final, lo único que queda son esas fotografías, borrosas y descuidadas, que aún flotan en las redes sociales como recordatorio de un pacto de silencio que nunca se rompió. La pregunta que persiste es la misma que atormenta a las familias de los marinos: ¿qué hacía “El Gerry” al lado del presidente de la Comisión de Agricultura del Senado, operando la campaña de la ahora alcaldesa de Acapulco, y por qué nadie en el poder ha querido dar una respuesta?