Patriotas o patrioteros



14 de septiembre de 2025

Llega el mes de septiembre y todos los habitantes de México se vuelven patriotas. Sus casas las engalanan con banderas de México, serpentinas, papel picado, rehiletes, confeti, se visten de charros y Adelitas con tal de parecer “bien mexicanos”. Es interesante como también se unen a este patriotismo los burócratas, las escuelas, los edificios, el alumbrado público, las plazas principales, en fin todo se matiza con los colores patrios.

Pareciera ser un país que ama la historia y que se preocupa por lo que acontece a diario; sin embargo la realidad es otra muy distinta, el mexicano promedio desconoce el nombre completo del “Padre de la patria” -Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor-olvidan o simplemente no les interesa saber los porqués de la independencia respecto a Nueva España.

Que más falso pensar que se cumplieron en el año 2010 doscientos años de la gesta independiente cuando la realidad es que fue en el año 2021 cuando realmente se cumplieronlos “Doscientos años de ser orgullosamente libres” una falsedad abismal que las franjas de la insigne e ilustre bandera nacional tengan significados de independencia, pureza y unión; cuando en realidad el verde es la esperanza el blanco la fe católica y el rojo la caridad como nos lo demuestra la Dra. Guadalupe Jiménez Codinach en sus numerosos libros e investigaciones que a lo largo de muchos años ha llevado a cabo.

El orgullo nacional se remonta a tiempos en los que “La Patria” lo era todo, era la razón del porque morir y sentirse identificados bajo una idea común.

Los héroes que han forjado “la patria” son hombres representativos -el héroe erigido en objeto de culto es un santo secularizado-. Divinidad, profeta, libertador,revolucionario, reformador, monarca u hombre de letras, son nombres, epítetos diferentes con los que se designan a los grandes hombres.

Mensajeros del mundo de los valores, quienes inician las grandes épocas creadoras de la historia. Ya lo mencionaba Thomas Carlyle “La historia del mundo es… la biografía de los grandes hombres”. Hombre original pleno de dones primigenios, de fuego y de luz, el que aporta a la vida una intensidad que el hombre ordinario no podría alcanzar.

El gran hombre está casi desprovisto de originalidad, lo que lo caracteriza ante todo es la amplitud de su receptividad. El hombre representativo es grande por absorción. Toda grandeza autentica reside en la manera como se vive una gran idea y se la transforma en ejemplo.

El gran hombre domina mediante su accionar nuestra existencia, sin él, no seriamos capaces ni de representárnosla. Somos sus deudores por todos nuestros beneficios actuales. Propiamente hablando, él es único e irremplazable, le sirve a su época como punto de referencia seguro y mantiene a un nivel elevado el criterio de enjuiciamiento de las cosas.

Según Mircea Eliade, los héroes se distinguen de los humanos por el hecho de que continúan actuando después de muertos. Además, sus restos se cargan de temibles poderes mágico-religiosos. Sus tumbas, sus reliquias, sus cenotafios, operan sobre los vivos durante largos siglos. En cierto sentido, se podría decir que los héroes se acercan a la condición divina gracias a su muerte disfrutando de una post-existencia ilimitada que no es ni larvaria ni puramente espiritual, sino que consiste en una supervivencia sui generis, puesto que depende de los restos, de las huellas, de sus ideales. Y la pregunta entonces será: ¿Qué celebramos?, ¿Es importante recordar a los héroes?, ¿México tendrá un soldado en cada hijo dispuesto a ofrendar su sangre por la patria?

Recordemos el combate libertario y sigamos ese camino con los nuevos Hidalgo, Morelos, Allende, Aldama, Abasolo; las nuevas heroínas como “La Corregidora” Josefa Ortiz de Domínguez, las nuevas Leona Vicario y lograr los ideales que anhelaban, no basta con hacer de las fiestas patrias un espectáculo multicolor, ni tampoco cambiar protocolos añejos para demostrar un renovado sentimiento patrio, o escuchar el tañido de una campana símbolo de lucha, libertad, justicia y oportunidades que se demandan y no se otorgan al quedar postergadas.

Queda mucho por hacer. ¿Tú lo crees?... Yo también.