Tribunal Federal de Justicia Administrativa gasta millones en despedida de Guillermo Valls



María Gil

Mientras el discurso oficial presume austeridad y transparencia, el presidente saliente del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), Guillermo Valls Esponda, cerró su gestión con un congreso en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, cuyo costo superó los 3 millones de pesos solo en hospedaje, alimentos y bebidas para más de 200 personas.

De acuerdo con una investigación del portal SinEmbargo, el XXX Congreso Nacional del TFJA, realizado del 15 al 17 de octubre, fue contratado con la empresa Creatividad y Espectáculos, S.A. de C.V., por un monto total de 2 millones 998 mil 229 pesos para cubrir alojamiento, comidas, montaje de espacios, papelería, materiales conmemorativos, registro, fotografías y red inalámbrica.

A esa cifra se sumaron entre 3 y 7 millones de pesos adicionales destinados al transporte aéreo del personal y de los 210 invitados. Todo ello financiado con recursos del tribunal, en un evento que sirvió como despedida de Valls Esponda, quien deja el cargo tras tres años al frente del organismo.

Durante la inauguración, el magistrado aseguró compartir con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo “el compromiso con la justicia, la democracia y, sobre todo, con el pueblo”. Sin embargo, el dispendio registrado en su despedida contradice los principios de austeridad que el propio tribunal ha invocado en sus resoluciones y lineamientos administrativos.

El gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, participó en la ceremonia y ofreció públicamente a Valls Esponda un lugar en su gabinete, mientras el magistrado —hijo del ministro salinista Sergio Valls Hernández— ha manifestado su interés en convertirse en Cónsul de México en el futuro.

Los asistentes arribaron al aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez el 15 de octubre y fueron trasladados a San Cristóbal, donde se realizaron conferencias, cenas y actividades culturales. Para muchos magistrados, fue un cierre de gestión; para otros, un ejemplo del distanciamiento entre el discurso judicial y las prácticas internas.

La salida de Valls Esponda coincide con el proceso de renovación de la presidencia del TFJA, cuya elección se realizará en enero de 2026. Entre los nombres que suenan para relevarlo se encuentra Ludmila Valentina Albarrán Acuña, junto con Luz María Anaya Domínguez y Julio Ángel Sabines Chesterking, magistrados con vínculos políticos distintos y cercanos a diferentes grupos dentro del tribunal.

Así, la gestión de Valls Esponda concluye con un banquete de millones, simbolizando una contradicción que persiste en el sistema judicial mexicano: la austeridad se predica desde el estrado, pero se olvida en los brindis del poder.