La posible clasificación del Cártel de los Soles como organización terrorista por parte de Estados Unidos reactivó el debate sobre el uso político y jurídico de estas listas, que siguen creciendo en América Latina.
A diferencia de otros delitos internacionales, no existe una definición única de terrorismo. Cada país, así como organismos como la ONU o la Unión Europea, aplica sus propios criterios. En el caso estadounidense, especialistas señalan que el gobierno tiene un margen de discreción especialmente amplio para decidir qué grupos incluir.
Estas designaciones implican sanciones financieras, restricciones de operación y cooperación internacional para investigarlos. En términos prácticos, permiten a Washington intensificar acciones contra grupos armados y criminales.
Violencia, miedo y control: el patrón común
Expertos explican que las organizaciones consideradas terroristas no operan únicamente bajo ese método. Grupos guerrilleros, pandillas, cárteles y redes criminales recurren al terrorismo como una táctica más dentro de actividades que incluyen narcotráfico, extorsión, secuestro, homicidio y control social.
La línea entre ideología y crimen organizado suele ser difusa, ya que muchos de estos grupos combinan objetivos políticos con economías ilegales para financiarse y expandirse.
Una lista que no deja de crecer
Desde 2025, Estados Unidos ha ampliado de manera significativa su lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO). En total, 17 grupos de América Latina y el Caribe han sido incluidos, entre ellos:
Guerrillas y disidencias como el ELN, Sendero Luminoso, Disidencias de las FARC y Segunda Marquetalia.
Pandillas de alcance continental, como Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18.
Redes criminales transnacionales como Tren de Aragua, Los Choneros y Los Lobos.
Cárteles mexicanos como Sinaloa, CJNG, Cártel del Golfo, Cártel del Noreste, Nueva Familia Michoacana y Cárteles Unidos.
Grupos haitianos como Viv Ansanm y Gran Grief, involucrados en el control violento del territorio.
Si Estados Unidos finalmente agrega al Cártel de los Soles, la lista marcaría un nuevo capítulo en la presión internacional hacia Venezuela.
Una herramienta geopolítica
Analistas advierten que estas designaciones son utilizadas por Estados Unidos no solo como respuesta a la violencia, sino como instrumento político para exigir cooperación a otros gobiernos y justificar intervenciones diplomáticas, económicas o de seguridad.
En un contexto de creciente criminalidad y redes transnacionales, la expansión de estas listas refleja la complejidad del panorama en América Latina y el impacto que tiene en las relaciones regionales.
