ATENCO, UNA HISTORIA DE MUERTE QUE LE DA IDENTIDAD AL PRI.
















Por Julio Gálvez.

A 8 años de los enfrentamientos ocurridos en San Salvador Atenco y con una disculpa pública ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por parte de la Subsecretaria de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, el Estado mexicano trató de evitar la inminente condena de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por uno de los episodios de represión política más graves que ha vivido México en la última década.

Los disturbios de Atenco ocurridos los días 3 y 4 de mayo de 2006, fueron una serie de enfrentamientos violentos suscitados en la población de San Salvador Atenco, entre la Policía Federal Preventiva, la Agencia de Seguridad Estatal del Estado de México, la policía municipal, habitantes del pueblo, militantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) y otros adherentes a La Otra Campaña del EZLN, que dejó como resultado el fallecimiento de Alexis Benhumea (de 20 años edad) y Javier Cortés (de 14 años de edad), la detención de 207 personas (entre ellas 10 menores de edad), 146 detenciones arbitrarias, la expulsión de cinco extranjeros y quejas contra elementos policiacos por presuntas vejaciones, allanamientos de morada, tortura y violaciones sexuales a 26 mujeres.

Un año después del operativo, 12 personas de origen indígena, Ignacio Del Valle Medina, Héctor Galindo Cochicoa, Felipe Álvarez, Oscar Hernández Pacheco, Alejandro Pilón Zacate, Julio Espinosa Ramírez, Juan Carlos Estrada Cruces, Jorge Ordóñez Romero, Adán Ordóñez Romero, Narciso Arellano Hernández, Inés Rodolfo Cuellar Rivera y Eduardo Morales Reyes, acusados de secuestrar inexplicablemente a 6 policías con ramas y palos, fueron sentenciados hasta por  67 años y medio de prisión, por jueces del fuero común del Estado de México.

Conforme a lo anterior y ante los juicios de amparo interpuestos por las victimas, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, decidió atraer el caso, llegando a la conclusión de que las autoridades policiacas de los tres niveles de gobierno (PAN gobierno federal, PRI gobierno estatal y PRD gobierno municipal), que intervinieron en los enfrentamientos que se registraron en San Salvador Atenco, Estado de México, incurrieron en violaciones graves a los derechos humanos de la población, por lo que el 30 de junio de 2010, se ordeno la libertad inmediata de los presos políticos.

Quizás las nuevas generaciones no recuerdan lo sucedido en Atenco y muchos mexicanos ya han perdido la memoria (o mejor dicho Televisa se las borro), pero Enrique Peña Nieto, continua siendo duramente criticado por las acciones represoras que utilizo para controlar la situación en este poblado del Estado de México. Aunque el Gobierno a través de la Secretaria de Gobernación, se encuentre simulando una disculpa pública, para evitar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos juzgue al Estado mexicano, la realidad es que con la sentencia de este tribunal internacional, se evidenciara que México esta gobernado por una clase política que aplasta los derechos fundamentales de su pueblo; una clase política incapaz, inculta, burda e inservible que se esconde bajo el discurso de la legalidad.

Aunque nuestros gobernantes hablen de derechos humanos dentro de sus discursos, la realidad es que ni siquiera saben lo que son, o para que sirven, estamos gobernados por una clase política de apariencias que en lugar de generar soluciones, genera más problemas:

Nos hablan de derechos humanos, pero detienen violentamente a estudiantes inocentes el día de la toma de protesta del Presidente Peña Nieto;

Nos hablan de derechos humanos, pero el Estado mexicano es incapaz de sancionar a los los verdaderos culpables del caso Cassez;

Nos hablan de derechos humanos y simulan un juicio para apresar a Elba Esther Gordillo (no afirmamos que sea inocente, pero ¿por qué hasta ahora se investiga?);

Nos hablan de derechos humanos y el gobierno utiliza la fuerza pública para reprimir a todos los grupos de autodefensa que han surgido a lo largo del territorio nacional;

Nos hablan de derechos humanos dentro del discurso político, pero en realidad nuestros gobernantes solo buscan obtener el grado de aprobación ciudadana que les permita legitimar sus acciones de poder. En México, los derechos fundamentales son una utopia, el gobierno los aplica cuando le conviene, estos se han convertido en un mecanismo de control social.

En efecto, hoy en día, las cosas no han cambiado mucho desde los trágicos hechos ocurridos en San Salvador Atenco, el actual gobierno sigue demostrando que la violencia es el único recurso con el que cuenta para solucionar los problemas de nuestro país. La clase política que nos gobierna se encuentra recreando la época del priísmo en donde se vivía la máxima represión en contra de la ciudadanía; en pocas palabras, quién ponga en peligro los intereses del gobierno autoritario simplemente será aplastado por la máquina priísta.

Los mexicanos debemos reflexionar sobre como nuestros políticos se encuentran utilizando el discurso de los derechos humanos, para legitimar sus acciones de gobierno, en la actualidad México no está muy alejado de otros gobiernos represores como el de Francisco Franco en España. Con el regreso del PRI a los pinos, posiblemente volveremos a las épocas de la corrupción enmascarada, del narcotráfico encubierto, del miedo, de las matanzas a indígenas, de la demagogia pura, del doble discurso y de las devaluaciones recurrentes, pero eso si, por todos lados escucharemos que nos hablan de valores.

¿Los derechos humanos en realidad existen en México, o forman parte de una estrategia política para controlar a las masas desinformadas? Atenco será una historia que se volverá a repetir.

Por Julio Alejandro Gálvez Bautista, Especialista en Derecho Civil, Maestro en Derecho Procesal Constitucional y Candidato a Doctor en Derecho por la Universidad Panamericana; ha enfocado su trabajo en temas sobre Derecho Constitucional, Derechos Humanos, Derechos Sociales, Derecho a la Información y Reforma Gubernamental.