PRESUNTO ESPIONAJE DE ESTADOS UNIDOS VULNERA LA SOBERANIA DE MÉXICO

Editorial

La Constitución señala que no debe ser vulnerada la soberanía nacional, ya que por soberanía se entiende el derecho que tiene el pueblo a elegir a sus gobernantes, sus leyes y a que sea respetado el territorio del país. Conforme a lo anterior, habría que considerar que este derecho lo tienen los ciudadanos frente al al gobierno de otros países y en consecuencia, habría que destacar que más que un derecho, es el poder de los mexicanos para auto-gobernarse.

Durante la semana, Gustavo Madero, presidente del PAN nacional, declaro que es muy preocupante, que los vecinos del norte estén más que enterados que nosotros mismos de la seguridad nacional, ya que gravan las conversaciones del jefe de estado, Enrique Peña Nieto y nadie dice nada.

De acuerdo al periódico The Guardian, existen documentos que revelan la forma en que fueron o son espiados los teléfonos y los correos electrónicos de Dilma Rousseff y Enrique Peña Nieto. Este medio extranjero de comunicación no aclaro si estas actividades ya cesaron. Es importante mencionarse que el periodista Glenn Greenwald, del periódico británico, que reside en Río de Janeiro, obtuvo dichos documentos directamente de Edward Snowden, ex analista de la Agencia Nacional de Seguridad (ASN) de Estados Unidos, asilado temporalmente en Rusia.

Por otro lado, Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, al saber la noticia de que su país también era víctima del espionaje, convoco inmediatamente a una reunión de seguridad nacional, para tomar las medidas necesarias para que se respete la soberanía de su nación. 

En cambio en México, el secretario de relaciones exteriores le hizo una llamada de consulta al embajador de estados unidos Antony Wayne, por el supuesto espionaje, al presidente mexicano. Cuestiones de óptica, dicen algunos, ya que el tema es tan delicado que se debió pedir una amplia explicación y sobre todo es necesaria una reunión extraordinaria por los hechos sucedidos.

En un comunicado, la dependencia rechaza y condena “categóricamente” cualquier labor de espionaje sobre ciudadanos mexicanos en violación del Derecho Internacional. “Este tipo de prácticas es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y a la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia”, cita el documento. Mediante una nota diplomática, el gobierno mexicano solicitó a Estados Unidos, una investigación exhaustiva y que, en su caso, deslinde las responsabilidades correspondientes.

Esta lamentable situación nos hace recordar el escándalo que comenzó con el arresto de cinco hombres por el allanamiento de la sede del Comité Nacional del Partido Demócrata en el complejo de oficinas Watergate, en Washington, D.C. el 17 de junio de 1972.

Nixon y su equipo conspiraron para ocultar el allanamiento sólo seis días después de los hechos.

Después de dos años reuniendo pruebas contra el entorno del presidente, que incluía a miembros de su equipo testificando contra él en una investigación del Senado de los Estados Unidos, se reveló que Nixon tenía un sistema de grabación de cintas magnéticas en sus oficinas y que había grabado una gran cantidad de conversaciones dentro de la Casa Blanca. Estas cintas mostraron que había obstruido a la justicia e intentado tapar el robo. Estas conversaciones grabadas serían conocidas como "The Smoking Gun" (la pistola humeante). En México esto no es nada nuevo, todo lo contrario el espionaje es el pan nuestros de cada día.