MÉXICO, UN PAÍS TELEDIRIGIDO


Por Julio Gálvez
Twitter: @juliogalvezb

Nada teme el hombre más que ser tocado por lo desconocido, solamente inmerso en la masa, puede liberarse de ese temor. Elías Canetti.

México es un país teledirigido, el gobierno nos ha convertido al mexicano en un ente manipulable y sumiso extirpando nuestras raíces culturales tal y como el sociólogo italiano Giovanni Sartori lo describe en su obra titulada “Homo Videns, La Sociedad Teledirigida”. Hemos dejado de ser homo sapiens para convertirnos en homo videns. 

En efecto, nuestra clase política, nos impuso a través de la educación oficial y la televisión, una forma comunitaria de pensar en la que se forja un estereotipo de mexicano nacionalista, machista, violento, pero a la vez sumiso al poder político. El sentimiento de inferioridad que tanto caracteriza al mexicano, fue programado en la mente de los ciudadanos con la finalidad de mantenerlos pasivos frente a las problemáticas del país y de esta forma transformarlos en consumidores de objetos que los convierte en entes sin criterio propio, pero socialmente aceptados.

A través de esta estrategia, los políticos, han construido las bases simbólicas de una cultura que permite la legitimación de un conjunto de instituciones y la construcción de un sujeto imaginario cuya edificación está asociada con un proceso de control social. A través de esta estrategia, nuestros gobernantes evitan la amenaza de que surjan tendencias disgregadoras provocadas por antagonismos sociales y políticos. De los imaginarios construidos por la televisión, se ha mitificado el sentido del mexicano para convertirlo en un ente dócil y pasivo.

En pocas palabras, la televisión en los últimos años no han hecho más que construir formas o figuras de subjetividad, es decir, diferentes maneras de definir al mexicano como un sujeto específico que, incorporadas dentro de la cultura nacional, terminaron por dar legitimidad al poder del Estado. El antropólogo Roger Bartra nos habla del mexicano como una creación artificial fabricada por todos aquellos factores que él denomina redes imaginarias de poder. Estas redes son el poder político, las ideas políticas, los programas políticos, los mitos y la cultura nacional que cumplen una función dentro del sistema de dominación característico del Gobierno. 

La clase política que emanó de la Revolución Mexicana, se valió de la televisión para crear una identidad falsa, una identidad que constituye al nuevo mexicano, se plasmó a este con su estereotipo mundial del indio cabizbajo, siempre dormido, con su característico jorongo, los huaraches y el maguey. Hasta las películas de la “Época del Cine de Oro” plasman a un mexicano alburero, tramposo, fiestero, siempre melancólico en el fondo, violento, resentido, pero eso sí, siempre machista y sentimental, “se han inventado a un mexicano que es la metáfora del subdesarrollo permanente, la imagen del progreso frustrado”. 

Una de las características más representativas a nivel mundial del mexicano es el machismo representado gloriosamente en el cine de los 50’s. Ningún mexicano podría jactarse de serlo sin ser un macho. Este sentimiento es producto del complejo de inferioridad del mexicano que coloca al machismo como su mejor expresión. 

El mexicano tradicionalmente ha llevado una vida hostil y tiende a reaccionar violentamente, siempre busca el mínimo conato de violencia para elevar su autoestima y demostrar su hombría, “en sus combates verbales atribuye al adversario una feminidad imaginaria, reservando para sí el papel masculino. Con esta estrategia pretende afirmar su superioridad sobre el contrincante”. 

Así bajo estas alusiones el Estado a través de la televisión creó un concepto de mexicano fundamentado en su hombría como identidad y en un patriotismo creado a partir del sentimiento de inferioridad alentado por las madres oprimidas víctimas del machismo. 

Hoy en día, con el regreso del PRI los mexicanos no hemos percibido cambio alguno, todo lo contrario, nos encontramos sumergidos en una grave crisis de ingobernanibilidad que ha comenzado a desdibujar la forma del poder. En todos los rincones de México ha vuelto la represión, la censura ideológica y el control de los medios de comunicación, debido a que nuestros políticos carecen de imaginación, solo pueden mantenerse en el gobierno a través del uso de la fuerza, pero silenciosamente están activando una bomba de tiempo.

Como reacción a la falta de legitimación social que esta enfrentando el gobierno priísta, ya que en la actualidad Televisa y TV Azteca han perdido la credibilidad que se necesita para continuar ejerciendo un control mental sobre cierto sector de la población, el Senado de la República aprobó la iniciativa de reforma en materia de telecomunicaciones, que contempla la posibilidad de licitar dos nuevas cadenas nacionales de televisión abierta, así como permitir al 100% la participación de inversionistas extranjeros en esa materia.

De acuerdo con la propuesta presidencial, en la licitación de las nuevas cadenas de televisión abierta que el Instituto Federal de Telecomunicaciones regulará, no podrán participar empresas que ya tengan concesiones por 12 megahertz o más, lo cual deja fuera a las dos principales televisoras, Televisa y TV Azteca, que concentran más del 79% de la audiencia en el país.

Conforme a lo anterior es importante que reflexionemos que con la creación de las dos nuevas televisoras y la censura a internet que expresamente establece la nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión que el Senado aprobó, tanto Televisa como TV Azteca continuarán concentrando a la mayor parte de la audiencia mexicana; es decir, el duopolio televisivo ya tiene un publico con un nivel cultural definido, por lo que las nuevas cadenas buscarán captar a otro tipo de audiencia para buscar manipularla mentalmente, lo cual le permitirá al gobierno continuar controlando a la población restringiendo el derecho a la libertad de expresión e imponiendo un solo tipo de información oficial a través de la televisión. 

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Por Julio Alejandro Gálvez Bautista, Especialista en Derecho Civil, Maestro en Derecho Procesal Constitucional y Doctor en Derecho por la Universidad Panamericana; ha enfocado su trabajo en temas sobre Derecho Constitucional, Derechos Humanos, Derechos Sociales, Derecho a la Información y Reforma Gubernamental / www.juliogalvez.com