AIRE DE LIBERTAD

Por Sergio Aguayo

Veníamos de un retroceso en el derecho a la información; terminamos el año disfrutando aires de libertad. ¿Qué pasará en 2015?

A partir de 2011 fue extendiéndose el modo atlacomulquense de manejar la noticia: mensaje oficial centralizado, generosidad sin límite hacia aliados y cómplices, cortejo de los dispuestos a alquilar la pluma, coacción a los remisos, ejércitos de disciplinados cyberbots y maltrato, indiferencia y desdén para los críticos insumisos. Poco a poco fueron cerrándose las vías para la circulación de la visión crítica. Van algunos indicios.

Bernardo Barranco encontró que en el Estado de México hay unos dos mil periódicos, la mayor parte de los cuales sirve a la familia mexiquense y por ello fueron contados los que informaron, en aquel estado, sobre la Casa Blanca. El estatal Canal 11 navega en la ambivalencia: el programa Primer Plano -en el que participo- ejerce a plenitud la libertad de expresión, pero un monitoreo de Roberto Ulloa encontró que el noticiero nocturno privilegia la visión oficial de la Reforma Energética y guardó silencio sobre la mansión presidencial hasta el 18 de noviembre (nueve días después de que se difundiera). Estaría, finalmente, la inversión en el futuro; el presuntamente autónomo Instituto Federal de Telecomunicaciones otorgó los tres nuevos canales de televisión a empresarios cercanos al poder priista.

Los números son áridos, pero elocuentes. Los diques y cerrojos fueron rotos por el huracán de críticas que zarandea las historias oficiales desde septiembre. Cinco encuestadoras encontraron que entre 93 y 98 % de la población supo de la Casa Blanca, y de Ayotzinapa y sus marchas, y también establecieron que tres cuartas partes de la población no le creen ni a la esposa del Presidente ni a la autoridad.

Atlacomulco fue derrotado por los misiles noticiosos de un puñado de medios dispuestos a ejercer por diversos motivos la independencia. Los enumero en el orden en que aparecieron. El encubrimiento de la matanza de Tlatlaya fue primero difundido por la Associated Press y el tema lo retomó un free-lance español, Pablo Ferri, quien hizo una investigación para Esquire México (propiedad de Televisa); Ayotzinapa fue imposible de ocultar porque una comunidad bien organizada se movilizó contra la barbarie; Reforma fue informando sobre las irregularidades y el descarrilamiento de la licitación del tren rápido México-Querétaro; un equipo dirigido por Carmen Aristegui hizo la investigación sobre la Casa Blanca y el mexiquense Grupo Higa; y el Wall Street Journal hizo lo mismo con la mansión de Luis Videgaray e Higa.

Los misiles provocaron una reacción en cadena por las redes sociales. Tengo unos cuantos años de incursionar en ellas y sigo sorprendiéndome por su capacidad para difundir información y articular organización; lo que antes llevaba meses de tediosas reuniones ahora se hace en unas cuantas horas. El peñanietismo había hecho un hábil manejo del ciberespacio, pero fue derrotado por miles de iniciativas entre las cuales destaca el #Yamecansé, el ejemplo más acabado de la acción deliberada de un grupo independiente decidido a difundir una visión alterna y crítica.

¿Cuál será la política de “comunicación social” del régimen durante 2015?, ¿seguirán empecinados en amansar a los medios a golpes o con privilegios mientras suponen que el enojo social se diluirá, o entenderán que las redes sociales están reflejando una profunda indignación social por la violencia, la impunidad y la corrupción que reportan medios nacionales y extranjeros? Enfrentarán un entorno particularmente difícil: economía deprimida, Estado débil, sociedad fragmentada pero movilizada por el enojo.

Los aires de libertad que rodearon esta Navidad son gratos, pero insuficientes para resolver los gravísimos problemas estructurales que padece México; éstos serán atendidos cuando la sociedad incremente su organización y presión sobre las élites. Por ahora, sin embargo, el pensamiento independiente tiene amplios motivos para celebrar. ¡Ya era hora!

La relación entre el delegado de Iztapalapa, Jesús Valencia y la empresa Amexire me provoca indignación y asco. Valencia es a los Bejarano lo que el delegado de Coyoacán Mauricio Toledo ha sido para los Chuchos. El PRD capitalino carece de ética, dignidad y rumbo; se ha transformado en una turba de corruptos o encubridores. Aunque Morena todavía no demuestra ser diferente, es una buena noticia que en la capital ya supere al PRD en intención de voto.

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Fuente: http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1070723.aire-de-libertad.html