¿POR QUÉ AHORA EDUARDO?

Por Roberto Longoni.

¿Por qué ahora Eduardo? Justo ahora que nuestra América, tú América, se ve cada vez más amenazada por el neoliberalismo, es decir, por el despojo, por la miseria, por el genocidio, por la indiferencia. 

Justo ahora Eduardo qué, como tú nos advertiste, este mundo niega a las personas las palabras, esas palabras que en guaraní se dicen “ñe’e” y que igualmente significan alma. Esa fue tu misión. Regresarle el alma/palabra a este mundo desalmado. Nombraste las cosas por su nombre, denunciaste al poder. Causaste las pesadillas de militares y curas, de conservadores y necios, y en el exilio decidiste que tu patria sería el mundo. Y en tu corazón latiendo a la izquierda, siempre bien abajo y a la izquierda, le diste sangre a las venas de este continente. Desde La Realidad zapatista, hasta Tierra del fuego, pasando por Los Andes, los cafetales, las selvas, los bosques, los indígenas, nada ni nadie se salvó de tu pluma creativa, imaginativa, siempre nueva. 

Obrero, dibujante, cínico, loco, necio, humilde, mecanógrafo, soñador, cajero de banco, periodista, creador de utopías, pero sobre todo, como se decía, escuchador. Esté Lunes 13 de abril, Eduardo Galeano murió a los 74 años en Montevideo, Uruguay. Los sentimientos de miles de personas en el mundo fueron encontrados. La humanidad entera perdió a una de esas personas que luchan todos los días de su vida, y por eso se vuelven imprescindibles. Uno de esos pocos escritores, escribidores, que entendieron que el oficio de las letras estaba también con el pueblo, en la calle, con la gente y en el compromiso con su época y su tiempo. Escribidor que retrato la vida y el alma de Nuestra América como pocos, quizás como nadie. Que le dio voz a esos “nadies” que se volvieron alguien en sus letras. 

¿Por qué ahora Eduardo? Justo ahora que pareciera que no queda más que la desesperanza. Pero dijeron que estabas muerto y ayer justo estaba leyendo “El libro de los abrazos”, tú libro, y empiezas diciendo que recordar viene de “re” que significa volver, y “cordis” que es corazón. Y tu obra Eduardo, más que cuento, novela, poesía o ensayo, más que todo, tu obra es memoria, vida nueva, recordatorio de que debemos “vivir cada día como si fuera el primero y cada noche como si fuera la última.” Recordatorio de que aún hay sangre en nuestras venas. 

Bueno Eduardo, Galeano, eterno, compañero, dicen que te moriste el Lunes, pero si tu afirmaste que “nace la mujer y nace el hombre. Y juntos vivirán y morirán. Pero nacerán nuevamente. Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca dejarán de nacer, porque la muerte es mentira.” ¿En qué quedamos entonces Eduardo? En un hasta siempre...