LOS INDIOS DE MÉXICO

Por Michel Ardan.

Ahora todos hablan de derechos de indígenas, aunque muchos ni siquiera hayan puesto un pie sobre los lugares donde radican, como lo es el Valle del Mezquital, la sierra hidalguense o la misteriosa Huasteca.

Hace algún tiempo murió el ilustre antropólogo, historiador, escritor, periodista, maestro de la UNAM, Don Fernando Benítez, quien se internó en la cultura otomí, adaptando sus usos y costumbres para lograr su inmortal obra: “Los Indios de México”, realizando un espléndido e histórico trabajo literario, en el que expone “como se nace, como se vive y hasta como se asesina al indígena”.

Los indios de México está considerado un estudio antropológico, etnológico y un trabajo periodístico de las culturas prehispánicas de México a partir de relatos de viajes que abarcan desde el siglo XIV al XX. La aportación de Benítez es el acercamiento del hombre común a estas civilizaciones enroladas en una dimensión mágica y sagrada, consecuencia de su formación periodística: el descubrimiento de sí mismo al hacerse parte de estos pueblos, vivir como ellos en orden respecto a su concepción del mundo y en el enaltecimiento de sus formas de organización, su comunión con los dioses a través de ceremonias, el valor del mito, del rito y de la fuerza de la naturaleza por encima de la del hombre.

La obra del periodista Fernando Benitez, consta cinco volúmenes dedicados a las etnias indígenas que habitan en el territorio mexicano y resulta una radiografía de los usos y costumbres de esos pueblos. 

Afirmaba Benítez que ese trabajo, siendo no antropólogo sino periodista, fue hecho “por un remordimiento de pagar nuestras culpas, frente a esas poblaciones marginadas”.

El primer tomo está dedicado a los tarahumaras, tzotziles, tsetzales, chamulas y mixtecos. El segundo se consagra por completo a los huicholes; el tercero a los mazatecos y coras; el cuarto a los otomíes y mayas; el quinto a los tehuanes y nahuas.

“Mi trabajo con los indios ha sido una experiencia espiritual que ha enriquecido notablemente mi vida. Yo no les he dado voz a los indios. No, no es así. Pero si no he sido yo quien les ha enseñado algo a esos seis millones de mexicanos, son ellos los que me han enseñado a mí; no creo que ningún indio haya leído nada mío; ellos en cambio, me enseñaron que todos los dioses que hemos matado en Mesoamérica están vivos en la Sierra Madre Occidental. Y no solo están vivos, sino que rigen la vida de millares de mexicanos a quienes nosotros llamamos indios.”

Sin embargo, a más de 25 años de la publicación de esta gran obra, en nuestro país todo continua igual o peor, la muerte de los indígenas víctimas de la pobreza, continua siendo el gran reclamo de los pobres contra la perversa opulencia, donde las familias sagradas ven al dinero como su único dios, sin importarles lo que en realidad sucede en sus comunidades.

Es importante mencionarse que por esa aportación fundamental al estudio del indigenismo en México, Don Fernando Benitez, recibió los Premios Nacionales de Literatura y de Antropología, de manos del Presidente, a quien, con su sinceridad habitual, le dijo: “gracias, pero yo soy periodista”.