POR UN MÉXICO EN PAZ Y MISERICORDIOSO


Colaboración: Julio Gálvez.
Twitter: @juliogalvezb

Hablar de violencia en México es crucial porque llevamos lustros con una espiral de temor e inseguridad que ha venido ensombreciendo nuestra existencia. Un saldo de más de 90 mil muertos y cerca de 100 mil desparecidos en poco más de 10 años socava la convivencia social, deteriora la vida cotidiana y debilita el tejido social. Los datos son escalofriantes: en sólo 14 años hay más de 100 periodistas muertos y 22 desaparecidos. 

El país ha caído en un violento tobogán que parece no tener fondo, lo sucedido en Guerrero con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ha despertado millones de conciencias, pero a la vez ha generado una enorme frustración en virtud de que en México la impunidad y la corrupción de nuestros políticos no tiene límites, se alimenta del olvido. 

Lo anterior se hace evidente al mirar el rostro de millones de mexicanos que padecen la pobreza, la injusticia, la corrupción, la impunidad y la inseguridad, por lo que surgen las siguientes preguntas: ¿Cuál debe ser el papel de la Iglesia católica frente a la violencia?, ¿Qué hará la Iglesia ante la descomposición del tejido social que se vive en México?

Para resolver estas interrogantes, este semanario entrevisto al Arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, el Excelentísimo Domingo Díaz Martínez, quién a través de estas líneas le envía un mensaje de navidad a todos los mexicanos. 

¿Señor Arzobispo a que viene el Papa Francisco a México?

El papa nos trae un mensaje de consuelo, de ánimo, de esperanza y, por qué no, también de exigencia hacia las autoridades para que exista paz en México.

¿Qué lugares visitará el Papa?

La agenda de Francisco incluye un encuentro con indígenas en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, una visita a una cárcel en Ciudad Juárez Chihuahua, además de encuentros con jóvenes, con familias, con el mundo del trabajo y con representantes de la cultura en el Distrito Federal, Ecatepec, Estado de México y Morelia, Michoacan. 

Quiero decirte que yo formare parte de la comitiva que acompañará al Papa en México e independientemente de que venga a los lugares que te mencione, su mensaje va dirigido a todos los mexicanos.

¿Que busca el Papa con estos encuentros?

Mira, el Papa Francisco, vendrá como misionero de la paz, de la seguridad, de los migrantes, de la pobreza y de los derechos humanos, quiero recordarte que él inauguró el Jubileo o Año Santo de la Misericordia el 8 de diciembre de 2015 en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María al abrir, acompañado de Benedicto XVI, la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro.

¿Señor Arzobispo, en que consistirá el año de la misericordia?

El Año Santo de la Misericordia será un año de gran perdón “para toda la humanidad, no sólo para la Iglesia”, una oportunidad para amar sin medida y para amar hasta perdonar a los enemigos.

Nuestro México contemporáneo necesita la misericordia ante el profundo desequilibrio que afronta el país, se necesita una sobredosis de amor y el perdón que lo restaure. 

Debemos buscar en nuestro corazones, la caridad que deja a los pobres tal y como están no es suficiente. La misericordia verdadera, aquella que Dios nos da y nos enseña, pide justicia, pide que el pobre encuentre su camino para dejar de serlo.

Estemos atentos al mensaje que el Papa Francisco nos traiga en el año de la misericordia y más aun, pongámoslo en practica, ya que este va dirigido a la sociedad en general y a los políticos, para que hagamos conciencia de nuestros actos con el corazón en la mano.

¿Qué mensaje le envía a los mexicanos por motivo de la navidad?

Aprovecho las lineas de este semanario para enviarle un mensaje a todos mis hermanos y hermanas en la Iglesia que peregrina en Puebla, Veracruz e Hidalgo.

En el tiempo de adviento y durante el tiempo de navidad dejemos que la gracia divina empape nuestro ser, vivamos nuestra vida seguros del misterio que celebramos. 

El Señor Jesús viene a perdonarnos y espera que nosotros pidamos perdón.

El Señor Jesús viene a reavivar nuestra fe y espera que nosotros creamos en su amor. 

El Señor Jesús viene a salvarnos y espera que nosotros hagamos la tarea. 

El Señor Jesús viene a traernos la luz y espera que nosotros olvidemos las tinieblas.

El Señor Jesús viene a traernos la paz y espera que nosotros evitemos la rivalidad y la violencia.

Y el Señor Jesús viene, salgamos a su encuentro y no seamos: 

Ciegos para verlo. 

Sordos para escucharlo, 

mudos para hablarle, 

codos para darle, 

cojos para seguirlo,

duros de corazón para amarlo. 


¡Feliz Navidad!
† Domingo Díaz Martínez,
Arzobispo de Tulancingo