EL CIRCO DE SIEMPRE

Por Roberto Longoni. 

A pocos días del cierre de campañas por parte de los candidatos a la gubernatura de Hidalgo, y a pocos días también de las elecciones, el ambiente se infesta de un aroma que no parece tan extraño, hay en el aire un tufo a algo viejo, podrido, rancio.
Espectaculares, carteles, folletos, anuncios, carritos con altavoces, papeles que no hacen más que ensuciar las calles, repiten los slogans gastados y aburridos de siempre. “Por ti PRImero”; “Llegó la hora”; “Juntos podemos”; hashtags, frases, publicidad igual a la de siempre, con las mismas formas y los mismos fondos. 
Y no, esta no es una crítica al marketing político o a los delegados de campaña de cada uno de los desangelados candidatos a gobernador del Estado, es una crítica a todo el sistema electoral, supuestamente democrático. Las campañas políticas no son más que la muestra clara de que la creatividad, la inventiva, la renovación o el cambio no son conceptos que sean manejados o abanderados por los partidos o los candidatos. Sea el partido que sea, el juego y las reglas son las mismas. Proselitismo mediocre, aprovecharse de la necesidad de la gente, banderitas tontas que luego serán nada más que basura, promesas huecas. 
Por un lado la pretendida oposición que no hace si no repetir fórmulas gastadas. Por el otro, el dinosaurio de siempre, autoritario, ladrón, represivo, oficialista, burocrático, demagogo, que se adapta como parásito a los diversos climas que le ofrece el sistema. Independiente, oficial, pseudo-izquierda, a lo lejos todo parece lo mismo. 
¿Una propuesta? Va. La idea que tenemos de la política se ha reducido a los mismos esquemas de siempre, los cuales cuentan con partidos políticos supuestamente auténticos que contienden para ganar cierto puesto que les permita servir a la gente. Esto en términos ideales, en la realidad, todos los partidos, junto con su gente, se pierden en una mezcla absurda, sin sentido y sin identidad… Pienso que es momento de pensarnos más allá de los partidos, de los colores o los mimos métodos de siempre. 
Esto no es un llamado al abstencionismo o la indiferencia, es un llamado a re pensar la política como el espacio popular desde donde se crean las propuestas y acciones que pueden llegar a lograr un cambio de raíz, no el ya consumado “que todo cambie para que todo siga igual”. Es un llamado a pensarnos desde abajo, al margen del poder, al margen del Estado, al margen de todas las instituciones que pretenden representarnos y que han demostrado servir a un solo amo: el dinero. 
Esto es un llamado a reconstruirnos, resignificarnos, redirigirnos hacia el Hidalgo de abajo, de los cimientos, el de las luchas en la Huasteca, la resistencia en la Sierra, las huelgas de los obreros en Tula, las comunidades indígenas, los trabajadores del campo, los artistas independientes de Pachuca, a quienes el poder a dejado relegados y que hoy más que nunca gritan por un espacio de justicia, de transformación, sin color o partido, sin nada más que la bandera del pueblo, de la gente verdadera que no hace parafernalia, o malgasta los impuestos. Va siendo hora de replantear todo este mal logrado proyecto.