EL EZLN VA POR LOS PINOS.


Por María Gil.

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) anunció su decisión de participar en las próximas elecciones presidenciales de 2018 pero su candidato no será su miembro más conocido, el subcomandante Marcos, rebautizado como subcomandante Galeano, sino una mujer indígena.

Según explica el EZLN en un comunicado, los zapatistas, junto a las organizaciones integradas en el Congreso Nacional Indígena, iniciarán una consulta para elegir a una mujer que los represente y participe en los comicios de dentro de dos años.

El EZLN dijo que su candidata irá como independiente. Estas serán las primeras votaciones para la Presidencia de la República en las que estará abierta la puerta a candidatos independientes, es decir, sin filiación a un partido político.

De concretarse oficialmente esta candidatura, sería la primera vez que los zapatistas participarían en unas elecciones porque aunque desde 2005 el EZLN, con el subcomandante Marcos a la cabeza, auspiciaron el movimiento nacional conocido como "La otra campaña", no hubo una participación electoral formal en la carrera presidencial de 2006, ni los zapatistas apoyaron a ningún candidato de los partidos tradicionales.

Ahora este grupo considera que su participación se hace necesaria porque ha aumentado el acoso hacia la sociedad civil mexicana, sobre todo la organizada y la indígena. De ahí que el quinto Congreso Nacional Indígena, que se cerró el viernes en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, determinara "iniciar una consulta en cada uno de nuestros pueblos para desmontar desde abajo el poder que arriba nos imponen y que nos ofrece un panorama de muerte, violencia, despojo y destrucción", añade el comunicado.

El objetivo de dicha consulta será "nombrar un concejo indígena de gobierno cuya palabra sea materializada por una mujer indígena, (...) como candidata independiente que contienda a nombre del Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en el proceso electoral del año 2018 para la presidencia de este país".

El ejército zapatista, que se alzó en armas contra el estado en 1994 y tras una breve guerra optó por la vía pacífica para luchar por los derechos de los indígenas, insiste en que su lucha "no es por el poder" sino para "construir una nueva nación por y para todas y todos" y fortalecer "el poder de abajo y a la izquierda anticapitalista".

El EZLN y el Estado mexicano firmaron en 1996 los acuerdos de paz de San Andrés que reconocían los derechos de los pueblos originarios pero aunque el alzamiento armado conllevó ciertas mejoras en la legislación, en la práctica los indígenas siguen siendo el sector más marginado de la población mexicana.

El EZLN nunca dejó las armas pero no volvió a utilizarlas desde 1994 y se concentró en el trabajo de autogestión de sus municipios en Chiapas y en reforzar las redes con organizaciones civiles afines tanto dentro como fuera del país.

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Fuente: La Razón.