DESIGUALDAD EXTREMA EN MÉXICO.


Por Patricia Bedate y Analilia Huitron.

México se encuentra, según la Oxfam, entre los países donde el 1% de la población se apropia de una mayor proporción del ingreso del país. Encontrándose ahora en un contexto de crecimiento económico -junto a otros países de Latinoamérica-, la pobreza no ha caído. Es más, la brecha de separación entre la clase muy rica y la clase muy pobre sigue creciendo. Así concluye que el 50% de la población mexicana vive en índices de pobreza, lejos de los niveles mínimos que el famoso estado de bienestar, un término, por cierto, acuñado tras los horrores de la II Guerra Mundial.

¿De dónde sacan los ricos el 21% de la riqueza total del país? 

Concesiones públicas, monopolios, extracciones naturales de minerales, tráfico y otros productos para ricos están a la orden del día y el resultado es que la mayor concentración de dichas riquezas está controlada por unos pocos. Carlos Slim, el cuarto hombre más rico del mundo según la lista Forbes, y perdiendo lamentablemente para él las primeras posiciones de la lista, fruto de la desmonopolización que ha sufrido el sector de la telefonía móvil en los últimos años. Slim controlaba el sector y su caída se ha traducido en una bajada de precios para la ciudadanía mexicana usuaria de telefonía móvil. Es decir, una reducción considerable del precio total en México, perdiendo de esta manera algunos ceros en su cuenta personal y su posición de prestigio en tan aclamada lista Forbes, lo inexplicable es que, sin perder el 4º puesto que actualmente ostenta podría contratar a dos millones de mexicanos respetando el sueldo mínimo interprofesional, la pregunta es, ¿esto le preocupará algo?.

El crecimiento económico que experimenta México, conlleva grandes elementos de desigualdad, variables relacionadas proporcionalmente. Actualmente cuanto más crecimiento económico se experimenta, la desigualdad aumenta de manera pareja. Pero esto no es un hecho nuevo, esta diferenciación cuenta con años de historia de acceso diferencial a las tierras, educación desigual y clasista, lo que ya desde jóvenes supone un punto de divergencia, discriminación étnica y en relación al género, estructura colonial instaurada, patrones rural-urbano, entre otros.


La pregunta entonces sería, si el crecimiento económico genera grandes elementos de diferencia social y económica, ¿cómo se crece distribuyendo?, pregunta que se deberían hacer las instituciones de poder, los monopolistas de la riqueza y el sector político. A estos, el informe de la Oxafam dejo algunas sugerencias, tales como: calidad educativa independientemente de la clase social y el poder adquisitivo, una educación inclusiva, creativa de creación de conocimiento, la redistribución de las tierras, un triple pacto fiscal, mercado-sociedad-estado, un convenio por la productividad, trinomio: servicios básicos, salud, infraestructuras dignos o la capacidad del Estado como institución de redistribución de la riqueza.

Si los pasos están claros, ¿dónde está el problema que impide actuar?. El hecho de que un porcentaje tan pequeño cuente con tanto poder económico, se traduce a efectos prácticos en un control no sólo monetario, sino de poder real. La desigualdad genera acumulación de riqueza y de poder. Esta desigualdad no hace otra cosa que alimentar el debilitamiento del Estado de Derecho y las instituciones que se ven coaccionadas por los intereses individuales de unos pocos en contra de los derechos mínimos de muchos. Así las instituciones debilitadas son el caldo de cultivo de las desgracias que se viven y de que haya necesidad de realizar ponencias para escuchar datos tan lamentables como estos.

“Necesitamos educar en valores para enseñar cómo vivir en comunidad,” y si toda la mentalidad personal, seres humanos, instituciones, los poderes económicos, Estados, se movieran en torno a los valores, el respeto a la comunidad, la dignidad humana, condiciones dignas de vida para el entorno en el cual tu actividad económica tiene éxito… ¿sería entonces posible aplicar la fórmula de “crecer para distribuir y distribuir para crecer”?.

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Fuente: El Salmón Contra Corriente.