LA SUAVE RUPTURA DE BELTRONES.


O cómo “acompañar” el futuro…

Por Isabel Arvide.

Manlio aprovecha todos los foros. Su discurso, impecable, no cambia, simplemente oscila entre los andariveles de la audiencia que, por cierto, no oculta su disposición a seguirlo.

¿A dónde? Beltrones no dice. Se niega a dar el paso. A volver a expresar de frente que quiere ser candidato presidencial. No salen las palabras mágicas de su boca, pero quienes están dispuestos a escuchar, imaginan, asumen. Él, como lo que es: un político profesional, da giros idiomáticos.

Al hacerlo, sin duda, afirma.

Manlio Fabio Beltrones llena el patio del Hotel Geneva que, quién sabe por qué, Nacho Cobo ha prestado al grupo presuntamente perredista “Los Galileos”. Los asistentes han pasado por maltrato y desorganización, por la vuelta obligada hacia Londres, que es una calle destruida; han peleado por un lugar, incluso por entrar al evento.

En su participación, que intenta apegar al tema de los gobiernos de coalición, se advierte una educada, suave distancia con el gobierno y, también, con el Congreso. Hay una ausencia de defensas, una crítica vigente, un distanciamiento que no es gratuito. Y que puede significarse, con creces, en la expresión que no queremos, así en plural, no queremos un “gobierno de aprendices”.

No vino a defender a ninguno. Al contrario, parece estar al lado de las críticas del panista Gustavo Madero. Y haciendo un juego de luces a Miguel Mancera que habla como Ebrard, en esos giros que pretenden ser didácticos y terminan por parecer aburridos.

Cuando Manlio Fabio habla de la necesidad de tener gobiernos de coalición, por el previsible escenario de terminar la elección presidencial de 2018 con tres tercios de votos repartidos en otros tantos candidatos, está diciendo que alguien tiene que gobernar con quien gane.

Sea quien sea. Porque con todas sus letras afirma que no está preocupado porque López Obrador sea el próximo Presidente de México, sino por la gobernabilidad. Y este camino, el que busca gobernabilidad con métodos audaces, con compromisos incluso legales, pactados de antemano, es el que busca acompañar.

Antes, en una comida con diputados que bajo su guía sacaron adelante las reformas estructurales de este gobierno, había dicho que no es hora de “retirarse” y que buscaría participar en las mesas de la próxima Asamblea Priísta, que quién sabe si lo habían invitado o, en su estilo, forzó su presencia… en las discusiones del futuro.

¿Cómo puede hablar Beltrones de futuro, de cambios, de estructurar un nuevo sistema político mexicano cuando parecería venir del pasado? Tal vez, justamente por eso. Porque sabe de qué lado mascan las iguanas del poder.

¿Su sitio está al lado de esta convocatoria para un frente de partidos que postulen a un candidato común, pese a las ideologías encontradas? Yo creo que no. Que su lado está, ha estado siempre, al lado del poder. Del poder al que se llega por la política. Y eso, política, mucha política es lo que está haciendo Beltrones.

Exacto. Política en un país donde ninguno parece dispuesto a hacerla. Y menos todavía a asumir compromisos políticos.

Manlio iba sin corbata. Tranquilo. Necio en regresar a sus planteamientos de gobernabilidad, de poder compartido, de compromisos indispensables de los candidatos, o por lo menos de un candidato presidencial para no repetir crisis que él ha vivido, que recuerda. Está sobrado. Y eso es lo que perciben quienes van a escucharlo, que está sobrado en el sentido semántico más amplio, de cara a los aprendices, a aquellos a quienes no les alcanza la realidad… diría que, al contrario, aquellos a quienes la realidad los ha venido aplastando durante todo el sexenio.

¿Qué van a hacer con Manlio Fabio Beltrones? ¿A dónde van a referirlo, cómo van a pretender ignorarlo? Supongo que en las altas esferas del poder deben haber medido ya su fuerza, su nueva fuerza. O, por lo menos, estar conscientes de que, una vez más, Beltrones ha vuelto a salirse de todo control, ha vuelto a lo suyo, ha regresado al ejercicio cotidiano del poder político…

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Fotografía tomada de Proceso.