EL INICIO DEL FIN DE LA VIEJA POLÍTICA.


Texto de Álvaro López. 


Las pasas elecciones de 2017 dejaron un mensaje muy claro: La política del acarreo y las estructuras es cada vez menos rentable para el PRI.

El Partido Revolucionario Institucional viene viviendo un lento proceso de extinción donde sus bases están envejeciendo y haciéndose más estrechas. Nuestro pronóstico fue conservador y se hizo con base en la única información que había disponible a la mano, las encuestas (aunque parece que algunas de ellas se terminaron vendiendo al mejor postor).

Pero el resultado fue más contundente… En las elecciones pasadas de 2017, quizás el PRI retuvo ciertos estados con cuestionados fraudes electorales; sin embargo, perdió una cantidad impresionante de votos como jamás lo había vivido en su historia. 

Los resultados son importantes y quizá hasta históricos, porque el PRI hoy ha perdido fuerza dentro del territorio nacional, una fuerza que posiblemente jamás volverá a recuperar.

A pesar de las encuestas compradas, de los acarreos de votos, de la guerra sucia, de los mensajes de texto incitando a la gente a no salir a votar, a pesar de todo eso, el PRI se ha llevado una dura lección y parece ser que no la ha comprendido.

Me acuerdo muy bien cuando regresaron a Los Pinos, se sentían dueños del mundo, mostraban una arrogancia tal, que se ensimismaron, se metieron en su propio mundo paralelo y ahí están las consecuencias: Su modelo está caducando, y no bastó ni un año desde aquel día que ganaron, para que su dura realidad quedara exhibida.

Con el tiempo, sus bases se harán más chicas, su “divide y vencerás” funcionará cada vez menos.

Entonces al PRI le quedará de dos sopas: se renueva, pero de verdad, y sí, eso incluye pedirle perdón a la sociedad por todos los agravios históricos y abrirse a la ciudadanía; o muere.

El PAN sin hacer mucho ganó y recuperó varios estados. Y digo sin hacer mucho porque los albiazules ganaron más por lo que dejó de hacer el PRI que por lo que hicieron ellos mismos. Los panistas simplemente aprovecharon la coyuntura, por eso es que no se deben engañar y creer en la “ilusión facilona” de que el partido ya es fuerte otra vez. Sigue siendo un partido dividido y fracturado.

Morena por su parte, aunque no le alcanzó para ganar la gubernatura del Estado de México, comienza a tomar fuerza y ha hecho sonar la alarma de alerta en el PRD que podría dejar de ser el partido más importante de las izquierdas. Los priístas creen que en el 2018 podría ser entre ellos y Morena (López Obrador), con los resultados de hoy podemos poner ese argumento en tela de juicio. El PRI podría no ser siquiera uno de los dos actores principales.

La lección que hoy está recibiendo el PRI es contundente. Será cuestión de ellos si tienen la humildad para comprenderla y actuar en consecuencia.

Al mismo tiempo, es un momento importante para México. La forma vieja de hacer política, con estructuras, acarreados y guerra sucia, ha recibido un golpe duro, muy duro.

Vivimos un momento histórico, pero quizás en estados como Hidalgo no han aprendido la lección, irán a las elecciones con los mismos políticos de siempre, esos que llevan décadas succionando el presupuesto.

Omar Fayad, como primer priísta del estado deberá definirse después de su primer informe, continuará con las viejas formas, o como lo ha venido haciendo le abrirá el paso a la ciudadanización de la política.

Los mensajes del Presidente Peña han sido muy claros...