EL GÜERO OCHOA.


Por María Gil. 

CIUDAD DE MÉXICO, 13 de febrero.- Las declaraciones del presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, quien llamó “prietos” a los que dejan su partido para sumarse a Morena, llegan en un momento crítico para el PRI.

Los comentarios de Ochoa Reza se han revertido duramente, ya que se le acusa de racismo, oportunismo y discriminación. En tanto, José Antonio Meade Kuribreña, precandidato presidencial de la coalición “Todos por México” (PRI-PEVEM-Panal), no ha podido despegar en las encuestas.

La lluvia de críticas contra Ochoa ha sido incesante: al menos dos peticiones en Change.org a piden al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) intervenir. 

Por su parte, el aspirante presidencial, José Antonio Meade, catalogó los comentarios de Ochoa Reza como un exceso, aunque por “el calor de la arenga pasa eso: uno se excede y es natural”. Una justificación que muchos consideraron inaceptable.

Al respecto, Víctor Gordoa, especialista en comunicación e imagen pública comentó que una figura pública debe tener mucho cuidado cuando opina, ya que cualquier cosa que empañe la imagen de una persona tendrá una repercusión, por lo que recomendó pensar lo que se va a decir y más si la opinión está atentando contra un derecho de los ciudadanos.

Sobre Enrique Ochoa, el especialista indicó que “cuando un político usa un juego de palabras, debe de pensarlo dos veces”, pues pueden significar puntos en contra, por lo que los comentarios del Ochoa, hunden más a su partido en el tercer lugar de las encuestas y confirman el clasismo y la discriminación que ha fomentado la clase política en México.