TLCAN: LAS MAÑAS DEL DUMPING.

Por Miguel Tello.
Fundador de la plataforma
Campo Mexicano.

Con la apertura de la economía mexicana bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la agricultura mexicana se vio sometida a nuevas presiones competitivas por parte de las exportaciones de los Estados Unidos de América (EUA). Al comienzo del TLCAN se reconoció ampliamente que México tenía ventajas comparativas basadas geográficamente en el suministro de frutas y verduras fuera de temporada a un mercado estadounidense hambriento. La liberalización del comercio agrícola del TLCAN produjo los resultados esperados, cultivos básicos y carnes fluyendo al sur y más frutas y verduras de temporada fluyendo hacia el norte. En el dichoso tratado, dentro del capítulo agrícola, los aranceles y las cuotas fueron eliminados en su mayoría. Pero, algo qué no fue “tocado” y qué fue aprovechado por el gobierno americano, fueron los subsidios. Los subsidios agrícolas quedaron indisciplinados y fuera del control del TLCAN. Los altos subsidios agrícolas creados por el gobierno de los Estados Unidos fueron enfocados en los cultivos exportados que compiten (y competían) con los productos mexicanos. Esta medida ha sido gravemente evidenciada y ha provocado acusaciones debido a que el campo de juego “nivelado” que se suponía que debía crear el TLCAN, fue aprovechado en su mayoría por nuestro vecino del norte.

Al examinar hasta qué punto los productores americanos exportaron productos agrícolas a México a precios inferiores a sus costos de producción, nos damos cuenta de la creciente influencia que hubo por parte del gobierno americano a través de la técnica de "dumping". 

El dumping agrícola es la práctica de exportar materias primas a precios inferiores al costo de producción. Esta técnica puede ser devastadora para los agricultores de los países importadores, especialmente los de bajos ingresos que tienen poco poder para utilizar las normas comerciales para defender sus mercados. Las causas subyacentes incluyen políticas agrícolas fallidas en Estados Unidos que fomentan activamente la sobreproducción y no limitan la concentración del mercado, así como el fracaso de las normas de la OMC para proteger a sus miembros de los efectos del dumping, y otros fracasos en las políticas de Estados Unidos.

El Centro Woodrow Wilson para Estudios Internacionales, estudió y analizó ocho productos agropecuarios: maíz, soya, trigo, arroz, algodón, carne de res, cerdo y aves de corral, todos los cuales son fuertemente respaldados por el gobierno de EUA. Estos productos agropecuarios se produjeron en México en volúmenes significativos antes del TLCAN, y experimentaron aumentos dramáticos en las exportaciones de EUA a México después del acuerdo. El Centro Woodrow Wilson se concentró en los años 1997-2005 porque el año inicial sigue tanto a la implementación del TLCAN como a la promulgación de la Ley Agrícola de los Estados Unidos de 1996, que modificó significativamente la naturaleza del apoyo agrícola de EUA. El estudio concluyo que se estimaban pérdidas mexicanas para los ocho productos en $12.8 MIL MILLONES DE DÓLARES durante el período de nueve años, lo cual resulta ser más que el valor de las exportaciones mexicanas de tomates a los Estados Unidos en esa época. Y lo peor de esto fue que los productores de maíz experimentaron las mayores pérdidas: $6.5 MIL MILLONES DE DÓLARES, un promedio de $1,900 pesos por hectárea al año.

Si bien las tendencias de largo plazo proyectan precios nominales para algunos productos agrícolas ligeramente por encima de sus mínimos anteriores al boom, sería un error concluir que los productores mexicanos han visto el final de las prácticas de dumping de Estados Unidos. Los costos de producción, asociados de forma importante al precio de insumos petrolíferos, también están muy por encima de los niveles anteriores a la escalada de precios.

El TLCAN ha eliminado los instrumentos de política más efectivos para que México haga frente a los precios de dumping. Bajo el esquema de aranceles sobre los límites a la importación (TRQ), el gobierno mexicano podría haber aplicado aranceles para compensar el dumping. El costo político de una estrategia como ésta es alto, y México tiene malos precedentes en disputas de este tipo. 

En tanto no se logre una renegociación del TLCAN la cual incluya un subcapítulo qué trate temas de dumping, o una mayor cooperación de Estados Unidos para limitar las exportaciones de los productos más sensibles, no se podrá ayudar a proteger a los pequeños agricultores mexicanos del dumping en el futuro.