DUARTE, EL PRIMINAL.


Por Álvaro López
Director de la plataforma
El Cerebro Habla.


Javier Duarte no es la excepción, más bien es la regla exhibida de forma extravagante y desorbitante, como caricaturista que exagera los rasgos de aquel al que está dibujando, rasgos que pueden ser exagerados, pero que son reales. Porque el caricaturista exagera lo que existe, no lo que no. 

Ni Javier Duarte ni todas las circunstancias que lo rodean son la excepción, son la norma. Duarte no llama la atención por tratarse de algo nuevo (un gobernador corrupto dentro de un mundo de gobernadores que no lo son) sino por tratarse de aquello que es común pero en su máxima expresión (la norma es que sean corruptos, pero el caso de Duarte lleva la corrupción al exceso).

La condena de 9 años para Javier Duarte (muy posiblemente de forma premeditada) que fue negociada con la PGR también es algo común en su máxima expresión. No es como que sea la excepción en un país donde la justicia sea pronta y expedita. 

Tampoco es excepción Ayotzinapa, ni las decenas de escándalos de corrupción de políticos a lo largo y ancho del país que han quedado impunes, porque Duarte sonríe y recita poemas mientras que a la gente de pie que fue agraviada le dicen que ni tiene caso que presente su denuncia porque no se va a resolver nada. 

Mucho menos es la excepción la frustración que la gente siente cuando ve que en lugar de hacerse justicia, parecería que “le están haciendo el paro” al ex gobernador de Veracruz, al grado que muchos sospechan que su detención fue negociada, que estará menos de 9 años en la carcel mientras su esposa merece la abundancia, merece la abundancia, merece la abundancia. 

Periodistas muertos, niños que murieron porque les dieron un “placebo” para su cáncer, personas que vieron su calidad de vida reducirse como “daño colateral” de las tropelías y robos de Duarte. Ese gobernador, que no es excepcional sino que es la norma llegada al exceso recibe un trato que parece sí ser excepcional. En cambio, ni los periodistas, ni los niños, ni los veracruzanos verán justicia jamás. 

No la verán jamas:

Aborrescencia
Displicencia
Verbal indolencia
Dominio de influencias
¿Fraudulencia o violencia?
Según conveniencia.

Porque sí merezco la indulgencia
Sí merezco la indulgencia
Sí merezco la indulgencia.