¿CONSULTAS A MODO PARA LEGITIMARSE?


LA SEGUNDA CONSULTA, MALDITA CONSULTA.

Por Álvaro López
Director del Cerebro Habla.

No sé cuál de mis dos sentimientos es el que se está expresando con más fuerza: si la molestia o la profunda preocupación.

Lo sé es que, al ver el contenido de la boleta de la segunda consulta que se llevará a cabo este 24 y 25 de noviembre, no puedo sentir algo mejor que eso.

No puedo sentir algo mejor que eso ante este cinismo y el descaro. Y tampoco puedo sentir algo mejor que eso si así es que se va a gobernar, a través de consultas a modo.

Uno esperaría que mejoraran el diseño de la consulta a raíz de todos los errores metodológicos y de ejecución de la primera. Pero eso no ocurrió. Por el contrario, la boleta da a entender que el diseño de ésta será todavía peor al de la primera, sin ignorar el hecho de que los organizadores van a ser los mismos. 

En la primera consulta, aunque con un sesgo claro, al menos se ponían los pros y los contras de las opciones que se estaban votando. Aquí no ocurre porque en la boleta solo se habla de los beneficios de los proyectos que se van a votar. Esto va completamente contra la naturaleza de lo que una consulta ciudadana debería de ser, con lo cual lo único que está haciendo es pervertir este mecanismo de participación ciudadana. 

Peor aún, el anverso de la boleta, que en este caso se ha convertido en propaganda para votar a favor de todas las propuestas, colocan información falsa y engañosa, como afirmar que el Tren Maya no va a tener impacto medioambiental alguno ¿de verdad? Naturalmente, ya sabemos qué resultados van a ganar porque la consulta está diseñada específicamente para ello. Tanto, que el Tren Maya ya tiene fecha de inicio de construcción (y ni siquiera parecen existir estudios técnicos para ello).


Otro problema que me preocupa es que López Obrador pretenda legitimar y diluir la responsabilidad de sus decisiones por medio de una consulta simulada cuyos resultados ya conoce de antemano. ¿Crisis? Ustedes legitimaron mis decisiones. Si gana el sí en todas las propuestas y AMLO se aferra a “hacer valer la voz del pueblo” entonces estaremos en serios aprietos porque no sé cómo se podría costear la implementación de todos estos programas sociales, proyectos y obras al mismo tiempo, o tendrán que ser de tan baja calidad que hasta el socavón podría ser considerado una obra de ingeniería avanzada comparado con las obras del sexenio que viene. Naturalmente, estos inconvenientes no aparecen en la boleta. 

¿Por qué se va a consultar todo? Bueno, porque López Obrador dice que “nuestros adversarios, los conservadores, me están convocando a que yo consulte y pregunte sobre todo“, porque lo critican por usar la consulta para lo que los conviene. López Obrador está usando esta herramienta también para polarizar más a la sociedad y crear un conflicto entre el pueblo bueno y los pirrurris-fifís-mafia-del-poder: nosotros los buenos contra ustedes los malos.

Esta consulta es una burla, sobre todo al “pueblo bueno” que dice representar, porque le hace sentir que está participando cuando en realidad no va a tener voz alguna en el gobierno de López Obrador: él los hará sentir como si ellos fueran parte de las decisiones y de la historia de la cuarta transformación cuando en realidad serán ignorados por su gobierno. Es como cuando le desconectabas a tu hermanito el control del Nintendo para que sintiera que estaba jugando, pero en realidad no estaba jugando.

Dicho esto, los de las clases acomodadas, los empresarios (excepto los cercanos y los convocados por él mismo que, dicho sea de paso, son los más impresentables y los que más críticas recibían por parte de los suyos), los medios de comunicación, las organizaciones civiles que no tengan una relación estrecha con MORENA, los columnistas, los técnicos, los especialistas, todos serán ignorados y amalgamados dentro del concepto de “fifí” o de “conservadores”. También ignorará a los suyos, pero hará como que les hace caso para que se pongan de su lado. Al final será su voluntad la que decida y nada más. 

Porque, al parecer, es un gobierno que buscará venganza y no justicia. Se palpa en el aire e incluso dentro de sus cercanos y sus más fervientes simpatizantes y allegados que muestran cierto tufo de superioridad moral. Y gobernar con la venganza suele ser algo muy peligroso.

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El Cerebro Habla.