#AMLOVE IS IN THE AIR.


Por Álvaro López.


El laboratorio Signa Lab del ITESO publicaba un estudio en el cual alertaba de un comportamiento no orgánico en Twitter de hashtags como #ReformaTodoLoDeforma, #PrensaFifí para buscar desinhibir y ridiculizar a las voces opositoras, estas cuentas también se dieron a la tarea de mandar mensajes de amenaza a Rossana Reguillo, la maestra del ITESO que está a cargo del laboratorio, quien presentó dicho estudio y a quien acusaron de hacerle el juego a la “mafia del poder”.

Es paradójico porque Rossana Reguillo es más bien una académica de respetada de izquierda que ha jugado un rol muy crucial en el activismo en Guadalajara y que tuvo un rol muy visible dentro de la célula de #YoSoy132 en esta misma ciudad. Ella fue también una ferviente crítica de Enrique Peña Nieto e incluso estuvo en la vanguardia de la manifestación #RenunciaYa que se realizó en esta ciudad para pedir la renuncia del Presidente Enrique Peña Nieto. Una académica activista que ha mostrado todas las credenciales de oposición a regímenes como los de Peña es ahora señalada por estas cuentas que su mismo estudio reporta. 

Una persona en Twitter que dice participar en esta “red” me negó que se tratara de bots y me dijo que eran voluntarios que creían en el proyecto de López Obrador y que no están recibiendo dinero. Ante mi insistencia de que es un acto de censura, me dijo que “debería ver los comentarios que se hacen desde la derecha” para que vea por qué lo hacen y me mostró dos tuits de usuarios que pedían un golpe de Estado. Pero basta entrar a las cuentas exhibidas por el estudio y no parecen tanto “combatir” los mensajes de odio, sino más bien propagarlos para ridiculizar a los opositores. No me parece que busquen contraponer su posición como me dijo este usuario, sino que más bien buscan amplificar insultos en contra de cualquier persona crítica del régimen. Sean bots o no, es claro que existe una estrategia conjunta que busca desinhibir las voces opositoras al régimen por medio de la ridiculización.

Apenas un día después de que se publicara el estudio de Signa Lab, apareció publicada una columna en Eje Central que aseguraba que algunos empresarios como Germán Larrea, Alejandro Ramírez de Cinépolis y Agustín Coppel junto con algunos intelectuales como Enrique Krauze, crearon una operación para desprestigiar a López Obrador, sobre todo con la ayuda de las redes sociales. Enrique Krauze negó que eso hubiera pasado y dijo que podría demandar a Tatiana Clouthier por haber sostenido esa afirmación en su libro. Ese mismo día, el titular de Investigación Financiera de la Secretaría de Hacienda dijo que las empresas que financiaron la serie “Populismo en América Latina” dentro de la campaña electoral serían acusadas de lavado de dinero. 

Y también en la misma fecha podríamos agregar la reforma a la Constitución para poder llevar a cabo consultas ciudadanas y para dar existencia a la figura de revocación de mandato a la que, se dice, Andrés Manuel López Obrador se sometería. Esta reforma ha suscitado muchas críticas ya que se dice que más que revocación se trata de una ratificación que busca fortalecer la imagen de AMLO para así mantener mayoría en las elecciones intermedias. Algo similar se dice de las consultas, sobre todo con la amarga experiencia de la consulta sobre el aeropuerto del NAICM que se diseñó deliberadamente (eso que los estadounidenses llaman gerrymandering) para que se cancelara el aeropuerto. Básicamente, pareciera que el propósito de estas reformas es que AMLO acapare más poder.

Muchos pueden interpretar de distintas formas a estos eventos, pero lo cierto es que el aire que estamos respirando está algo enrarecido.

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El Cerebro Habla.