22/02/21
Mucho o poco se ha escrito sobre la oportunidad histórica que el efecto Obrador dio en las elecciones de 2018 a Hidalgo, sobre todo, porque el Congreso Local se llenaba de nuevas caras con 17 diputados elegidos por la ciudadanía y sus equipos de trabajo. Se llegó a pensar que el Legislativo, sería el contrapeso del Gobierno del Estado de Hidalgo, sin embargo, todo estuvo plagado de disputas dentro de la bancada mayoritaria.
Mientras tanto, una minoría que no había sido oposición desde el Congreso, supo esperar pacientemente el declive de los diputados morenos, sin dejar de mencionar que al haber modificado su Ley Orgánica en la legislatura anterior, logró obtener en la 64 legislatura dos años de los tres que dura el periodo.
Además, una campaña mediática desfavorecedora en contra de todas las y los diputados, dirigencia y de todo aquel que simpatizara con MORENA, resaltando siempre el más mínimo detalle. Pero eso si jamás del Gobierno de Hidalgo. Porqué sí, es necesario mencionar que el hoy no circula, o el lucro de los programas sociales (como lo mencionó una legisladora local) en tiempos electorales es señalable.
En fin, el entonces líder de la bancada mayoritaria, fue cegado por el poder o por la inexperiencia, al no negociar al menos dos años de la legislatura. Por otra parte, la agenda progresista sufrió, ya que a las mujeres hidalguenses les fue negada la aprobación de la iniciativa en favor de sus derechos reproductivos.
Una mayoría que no fue mayoría, y que le ha costado al Partido, su credibilidad en sus municipios. Una dirigencia partidaria, obstinada en mantenerse en donde esta y no abrazar a su militancia, marcando siempre una división entre afiliados y externos.
La actual dirigencia tiene un reto enorme porque una elección se gana con votos, no con periódico, se gana con credibilidad, se gana con estrategia, conocimiento y astucia.
Parece que se les ha olvidado que Hidalgo ha sido gobernado por un solo partido en los tres poderes del Estado y que la división de poderes de Montesquieu en Hidalgo no aplica. Ya el compañero presidente López Obrador demostró que el viejo régimen puede irse, pero con una dirigencia de altura resolviendo demandas de la ciudadania. Lamentable, que el poder o el dinero lleguen a ser sus aliados, al menos en Hidalgo se augura un escaso crecimiento de la 4T.
No todo está perdido, existen personajes muy valiosos que realmente están interesados en construir el proyecto de nación. Hace falta el involucramiento de las y los jóvenes dentro del partido, formar nuevos cuadros y liderazgos que las y los tomen en cuenta, activarlos en las plataformas digitales, y darles la confianza de los espacios públicos. Retomar los sectores progresistas y académicos, darles la oportunidad de liderazgo. Si no se renuevan los cuadros políticos, el partido se está condenando. Hay mucho por hacer ¿Podrá MORENA mantener su registro a nivel Local?
Mientras tanto, una minoría que no había sido oposición desde el Congreso, supo esperar pacientemente el declive de los diputados morenos, sin dejar de mencionar que al haber modificado su Ley Orgánica en la legislatura anterior, logró obtener en la 64 legislatura dos años de los tres que dura el periodo.
Además, una campaña mediática desfavorecedora en contra de todas las y los diputados, dirigencia y de todo aquel que simpatizara con MORENA, resaltando siempre el más mínimo detalle. Pero eso si jamás del Gobierno de Hidalgo. Porqué sí, es necesario mencionar que el hoy no circula, o el lucro de los programas sociales (como lo mencionó una legisladora local) en tiempos electorales es señalable.
En fin, el entonces líder de la bancada mayoritaria, fue cegado por el poder o por la inexperiencia, al no negociar al menos dos años de la legislatura. Por otra parte, la agenda progresista sufrió, ya que a las mujeres hidalguenses les fue negada la aprobación de la iniciativa en favor de sus derechos reproductivos.
Una mayoría que no fue mayoría, y que le ha costado al Partido, su credibilidad en sus municipios. Una dirigencia partidaria, obstinada en mantenerse en donde esta y no abrazar a su militancia, marcando siempre una división entre afiliados y externos.
La actual dirigencia tiene un reto enorme porque una elección se gana con votos, no con periódico, se gana con credibilidad, se gana con estrategia, conocimiento y astucia.
Parece que se les ha olvidado que Hidalgo ha sido gobernado por un solo partido en los tres poderes del Estado y que la división de poderes de Montesquieu en Hidalgo no aplica. Ya el compañero presidente López Obrador demostró que el viejo régimen puede irse, pero con una dirigencia de altura resolviendo demandas de la ciudadania. Lamentable, que el poder o el dinero lleguen a ser sus aliados, al menos en Hidalgo se augura un escaso crecimiento de la 4T.
No todo está perdido, existen personajes muy valiosos que realmente están interesados en construir el proyecto de nación. Hace falta el involucramiento de las y los jóvenes dentro del partido, formar nuevos cuadros y liderazgos que las y los tomen en cuenta, activarlos en las plataformas digitales, y darles la confianza de los espacios públicos. Retomar los sectores progresistas y académicos, darles la oportunidad de liderazgo. Si no se renuevan los cuadros políticos, el partido se está condenando. Hay mucho por hacer ¿Podrá MORENA mantener su registro a nivel Local?
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