La política por encima de la ciencia en México.



Investigación 🔬| Julio Gálvez.
19/09/2021

La revista estadunidense SCIENCE —una de las más influyentes en materia de ciencia y tecnología — publicó un reportaje no científico, dirigido a desacreditar la honorabilidad e integridad profesional del investigador mexicano Jean-Philippe Vielle Calzada, así como cuestionar las medidas de prevención, atención y sanción en materia de violencia de género —particularmente acoso y hostigamiento sexual—implementadas por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav-IPN), en su calidad de organismo público descentralizado del Gobierno Federal.

Dicho reportaje está cargo del reportero independiente Emiliano Rodríguez Mega, quien desde hace 6 meses emprendió —con la complicidad de la Dra. Karla Sandoval Mendoza, quien funge como encargada de la Comunicación Institucional del Cinvestav— una tendenciosa y cuestionable cruzada de acoso periodístico para presionar reiteradamente a no menos de 32 personas cercanas al medio laboral de Vielle Calzada —estudiantes, investigadoras y colegas— en busca de declaraciones e imágenes que sostengan su reportaje a partir de una percepción conservadora y moralista que prohibe cualquier tipo de relaciones románticas, de pareja o involucramiento sentimental entre personas de diferente estrato laboral, siguiendo las directivas que prevalecen en algunas instituciones académicas no mayoritarias de los Estados Unidos.

El 8 de Marzo de 2020, la Dra. María del Carmen Ávila Arcos, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), publicó en su cuenta de twitter una cadena de mensajes acusando indirectamente a Vielle Calzada de “acosador” y “abusador de poder”, después de que supuestamente le hubiera manifestado “estar enamorado de ella”. Después de confirmar la identidad del investigador adscrito al Cinvestav, hizo un llamado a sus seguidoras para denunciarlo masivamente ante el Comité de Ética y Prevención de Conflictos de Intereses del Cinvestav (https://twitter.com/paleogenomics/status/1236793461338247169).

Adscrita al Laboratorio Internacional de Investigación en Genómica Humana (LIIGH) de la UNAM , las aspiraciones científicas de Ávila Arcos están en competencia directa con la investigación de Vielle Calzada que busca descubrimientos mexicanos de frontera en materia de paleogenómica —el estudio de la historia de nuestros antepasados a partir de muestras de ADN milenario—, un área científica en la cual el investigador del Cinvestav es líder internacional y coordinador del acuerdo de colaboración nacional con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), única instancia responsable para la protección y acceso de las muestras arqueológicas a partir de las cuales se realizan este tipo de estudios.

Las acusaciones públicas de Ávila Arcos dieron lugar a una campaña de desprestigio visiblemente organizada desde el Cinvestav por la propia Dra. Sandoval (amiga personal de Ávila Arcos y conyugue del genomista Andrés Moreno Estrada) y por la Dra. Angélica Cibrián Jaramillo, quien también busca hacer de lado a Vielle Calzada, después de que él se negara a establecer con ella una relación íntima personal. Este grupo contó con la complicidad de algunos ex-estudiantes como Elvira Hernández Lagana, quién en 2016 fue formalmente acusada en materia de responsabilidades administrativas por alteración y robo de materiales, así como de información confidencial en el propio Cinvestav. A raíz de estos lamentables hechos que cuestionan a una de las instituciones científicas más importantes del país, las acusaciones que formularon ambas partes dieron lugar a que el Comité de Ética del Cinvestav investigara y concluyera que no había elementos fehacientes que evidenciaran alguna violación o incumplimiento del Código de Conducta de la institución.

El Código de Conducta de Cinvestav, cuya reciente actualización data del 27 de Agosto del presente año, en ningún momento prohíbe las relaciones sentimentales o interpersonales entre los miembros de su comunidad científica y académica, incluyendo profesores y estudiantes (https://www.cinvestav.mx/Portals/0/sitedocs/integridad/01514-Codigo_de_Conducta_2021.pdf).

El 10 de Marzo de 2020, el Dr. José Mustre de León, Director General de Cinvestav, emitió el pronunciamiento intitulado “Cero tolerancia al hostigamiento sexual y acoso sexual”, enumerando —de manera enunciativa, más no limitativa— 15 conductas que se consideran prohibidas en la institución (https://www.cinvestav.mx/Portals/0/sitedocs/integridad/01313-Pronunciamiento_Cero_tolerancia_al_hostigamiento_sexual_y_acoso_sexual.pdf). Desde entonces, en apego a recomendaciones de la Secretaria de la Función Pública y su Comité de Ética, la Dirección General ha redoblado esfuerzos para erradicar la violencia de género y fortalecer su perspectiva de equidad a través de documentales, encuestas, conversatorios, seminarios y talleres que buscan sensibilizar y reflexionar sobre la perspectiva de género, con el fin de hacer visibles las desigualdades que se encarnan y reproducen de manera consciente e inconsciente entre su comunidad.

La postura de reporteros como Emiliano Rodríguez Mega y Rodrigo Pérez Ortega luce alejada de la objetividad y profesionalismo periodístico propio de estos delicados temas, como revela el conversatorio titulado “Cómo cubrir acoso y hostigamiento sexual en la ciencia” publicado el pasado 20 de Julio, en la página facebook de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia (https://www.facebook.com/watch/live/?v=952351045307491&ref=search). La metodología de estos reporteros parte abiertamente de la premisa de que el tema no debe tratarse de manera objetiva, pues siempre “hay que darle privilegio a las víctimas por razones históricas, ya que la gente no les ha creído ni las ha escuchado”. Si bien las leyes mexicanas reconocen el acoso sexual como una delictiva forma de violencia a carácter lascivo que debe erradicarse de todos los sectores de la sociedad mexicana, incluido el sector académico, su manera de tratar el tema es parcial y defectuosa desde la propia perspectiva de género conforme a la cual, después de realizarse la investigación, se requiere de posterior y necesaria comprobación para evitar prudentemente la falsa acusación, la calumnia fáctica y sus graves consecuencias, como el deber de descontar la ausencia de motivos incredibilidad de quién denuncia, la inexistencia de móviles espurios mediatos o inmediatos, de manera a confirmar la verosimilitud de las acusaciones y la persistencia en la acusación coherente, coincidente y veraz.

Tales posturas periodísticas dan por hecho comprobado que quienes denuncian, de antemano, son víctimas de facto, sin ninguna clase de verificación del contenido de la acusación; y que sus testimonios, en todos los casos, se presumen legítimos, sin investigar o corroborar la veracidad y legitimidad de las acusaciones. Parecen omitir que es necesario definir el acoso sexual y diferenciarlo de acusaciones ilegítimas contribuyendo a frenar prácticas de difamación y reivindicando tanto la presunción de inocencia como el debido proceso, como derechos fundamentales. También parecen omitir que si bien este tipo de posturas periodísticas están ciertamente acordes con las líneas editoriales de revistas estadunidenses a las que pretenden vender sus reportajes, son ajenas a la realidad y leyes mexicanas e interfieren directamente con el marco normativo vigente, incluyendo el Protocolo de Prevención, Atención y Sanción del Hostigamiento Sexual y Acoso Sexual, donde si bien se señala que la exposición y palabra de una presunta víctima es suficiente para que se proceda a admitir una denuncia, existe un diferencia sustancial entre el inicio de esta y la responsabilidad verdadera, exclusiva de la resolución sancionatoria. La Ley General de Responsabilidades Administrativas indica que será competencia exclusiva de los Órganos Internos de Control (OIC) atender dichas denuncias e iniciar la investigación, bajo estricta confidencialidad, antes de emitir una resolución.

A la fecha se desconoce si el OIC del Cinvestav ha procedido a investigar aspectos relacionados con presuntas acusaciones de violencia de género contra cualquiera de las investigadoras o investigadores arriba mencionados. Lo que si se sabe es que el pasado martes 14 de Septiembre, en respuesta a su reiterada insistencia por contactar personal que esté o haya estado adscrito al Cinvestav, Rodríguez Mega recibió una carta firmada por más de 30 personas que, de común acuerdo, rechazan cualquier intento periodístico que busque juzgar la integridad profesional del Dr. Vielle Calzada, y niegan que se usen sus nombres en cualquier artículo relacionado con estos temas. Cabe destacar que el sistema legal de protección de datos personales en México en posesión de particulares, en estos casos requiere forzosamente del consentimiento de las personas para que pueda realizarse —legal e incluso lícitamente— la publicación correspondiente, elementos de consentimiento cuya ausencia implica la publicación de elucubraciones carentes de sustento y que posiblemente tienen contenido de ilicitud.

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Julio Alejandro Gálvez Bautista, se desempeña Licenciado en Derecho y Especialista en Derecho Civil por la Universidad la Salle; tiene estudios de Maestría en Derecho Procesal Constitucional y Doctorado en Derecho por la Universidad Panamericana. Desde el 2006 se ha desempeñado como profesor de licenciatura y postgrado, así como conferencista en materia de derecho constitucional y derechos humanos fundamentales.

Es apartidista, cuenta con diversas publicaciones en libros, revistas académicas y periódicos, ha enfocado su trabajo en temas sobre derecho constitucional, derechos humanos, derechos sociales, libertad de expresión y reforma gubernamental. Sus aportaciones al campo jurídico a través del tema activismo judicial fueron utilizadas por el Congreso de Argentina para la despenalización de la tenencia para el consumo personal de estupefacientes y psicotrópicos. Es colaborador de la Revista Internacional de Derecho “Garantismo Judicial”, Editorial Porrúa, presidida por el Profesor Luigi Ferrajoli y Dirigida por el Doctor Fernando Silva García. Actualmente es Director General del Semanario Nuevo Gráfico y del Centro de Investigaciones Sociales (CIS), así como consultor.