#Opinión | Julio Gálvez
Hidalgo es uno de los estados más pobres de México, y uno de los motivos de esta problemática es la práctica del llamado "capitalismo de cuates". Este sistema se refiere a la cultura de marrullería, nepotismo y favorecimiento desenfrenado del interés personal, sin importar el daño que pueda ocasionar a la economía del estado. Esta realidad en la economía de Hidalgo, solo aminorará su ángulo de desarrollo económico, en vez de potenciarlo.
Acabar con este sistema, que en la práctica representa un modelo de competencia desleal, injusto y absolutamente ineficiente, podría tener múltiples beneficios para la economía de Hidalgo. Si bien es cierto que sería un proceso complejo, los resultados que ofrece definitivamente valen el esfuerzo. En primer lugar, esto permitiría a las empresas, sin importar el tamaño, hacer su negocio de manera justa, independientemente de su red de contactos.
En segundo lugar, es importante destacar que este cambio haría que la economía se abriera a la competencia real y efectiva, lo que conllevaría a una mejora en la calidad de los productos y servicios ofrecidos. La eliminación total de las cadenas de corrupción, contribuiría a la calidad, a la inversión fija, a la confianza del consumidor, a la productividad, y a la creación de empleo.
Además, una economía limpia, despejada de influencias opacantes es un mercado más saludable en general, donde la ética empresarial, pasa a jugar un primerísimo plano. Esto se reflejará en el fortalecimiento de la imagen del estado a nivel nacional o incluso internacional, fomentando con ello la inversión y el turismo.
Finalmente, la eliminación de prácticas de corrupción y trabas en la economía local, acompaña la posibilidad de crear negocios competitivos y sostenibles. Los cargos y puestos serían ocupados por personas verdaderamente capacitadas en posiciones de responsabilidad y decisiones públicas serian enfocadas a proyectos de inversión de largo plazo, priorizando el desarrollo y el avance del estado, no el interés personal de empresarios cuates.
En conclusión, acabar con el capitalismo de cuates en Hidalgo es crucial para el desarrollo económico y social del estado. La eliminación de prácticas corruptas y promover la competencia real y justa podrían mejorar la calidad y eficiencia de los productos y servicios ofrecidos, incentivando la inversión y el crecimiento del mercado. Debemos seguir trabajando juntos para que el estado de Hidalgo, y otras partes del México, puedan librarse de estas prácticas no éticas y corruptas, y ofrecer un futuro económico y social mucho más justo y equitativo para todos.
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En la fotografía aparecen el ex gobernador de Hidalgo, Omar Fayad y el empresario favorito del gobierno de PRIMOR, Juan Carlos Martinez.
