Jorge Reyes se esconde tras presión de la izquierda por alcaldía de Pachuca.



Jorge Montejo

En el peculiar escenario político de Hidalgo, la izquierda local decidió disciplinarse y apoyar a la causa de AMLO para evitar una repetición del desastre ocurrido en Coahuila, donde las fuerzas democráticas se dividieron, permitiendo la victoria del PRI. Sin embargo, la disciplina pareció no ser suficiente, y la traición acechó desde las sombras del grupo político de Julio Menchaca.

La estrategia inicial prometía ser un número digno de aplausos. Dos semanas antes de la elección, la revocación de mandato sumó 400 mil votos a favor de AMLO. Pero, ¡oh maravilla!, quince días después, la elección de Menchaca obtuvo 600 mil votos, un aumento de 200 mil votos gracias a la colaboración de nueva alianza, expriistas y juniors. Una obra maestra de la política local, donde la disciplina se premia con puñaladas por la espalda.

Con el escenario listo y el poder en manos de Menchaca, el espectáculo avasallador al estilo "grupo universidad" de 2018 hizo su triunfal regreso en Morena. Como en un Reality Show, las bases fueron saliendo por detrás mientras juniors y expriistas eran presentados con bombo y platillo en Morena.

De esta forma, los diálogos por la unidad, creados para generar acuerdos en la búsqueda de las candidaturas por las alcaldías, se convirtieron en una reunión de familia del grupo de Menchaca, donde compadres y ahijados compartían risas y traiciones. Más de la mitad de los aspirantes, ahora rendían cuentas al nuevo patriarca, mientras el intento de emular las tácticas del PRI se convertía en una comedia de errores con un toque de fuego amigo.

En el entramado de intrigas, el grupo de Menchaca revela fisuras. Aunque ha tomado prestadas tácticas del PRI, ya que con recursos públicos y obras buscan promocionar la imagen del junior, jugada que le salió mal y las disputas internas, llamadas cariñosamente "Fuego Amigo", brotan como flores en primavera.

En la farsa por la unidad de Morena, figuras como Ricardo Crespo, Ricardo Islas y Navor Rojas, representando a Menchaca, intentaron hacer malabares para favorecer al tapado Jorge Reyes, quien, como buen mago, optó por desaparecer ante los gritos de la izquierda desencantada que decía: “FUERA CHAPULINES”.

En el teatro político de Hidalgo, donde las revocaciones y traiciones son el pan de cada día, la izquierda disciplinada se convierte en la nueva víctima de este circo implacable. Mientras Menchaca busca replicar las tácticas del pasado, el escenario le demuestra que en el mundo del entretenimiento político, a veces, las sorpresas son el verdadero espectáculo.

¿Quién dijo que la política no puede tener un toque de humor negro?