Olvera y un ejército de muertos vivientes buscan diputación federal por Pachuca.



Jorge Montejo

En un despliegue de audacia política que dejaría a Maquiavelo boquiabierto, Francisco Olvera, el maestro de la contabilidad creativa, ha decidido emprender su carrera por la diputación federal. ¿Quién necesita un buen manejo de fondos públicos cuando puedes disfrutar de "pellizcos" aquí y allá?

En su ecléctica campaña, Olvera ha logrado reunir a una tropa de jóvenes dinámicos y nuevos valores priistas, todos provenientes del más allá político. Entre ellos, destacan Roberto Pedraza y Alberto Jonguitud, auténticos zombis del PRI que han resistido miles de batallas sin dejar espacio para los jóvenes en su querido partido. ¡Porque la juventud es el futuro, pero en el PRI, el pasado nunca envejece!

Olvera, quemado como churrasco en una parrillada mal planeada, encabeza esta expedición de cadáveres vivientes. Su misión: ganarle a Ricardo Crespo, ese ex lacayo de Olvera y expresidente del PRI que ha decidido darle su merecido. Es como una telenovela donde los enemigos de ayer son los compinches de hoy. ¡Vaya giros argumentales dignos de un premio!

Recordemos los gloriosos días de Olvera como gobernador de Hidalgo, pellizcando el presupuesto y cuando regaló notarías como si fueran paletas en una piñata. Porque, sinceramente, ¿quién necesita una estructura justa y meritocrática cuando puedes tener compadres bien ubicados? Todo en nombre del capitalismo de cuates, esa hermosa tradición donde los amigos se benefician y los demás... bueno, que se conformen con ver desde afuera.

Así que, ciudadanos de Pachuca, prepárense para un espectáculo político lleno de intrigas, resurrecciones y regalitos notariales. La campaña de Olvera promete ser un tour de force en el arte de la política a la mexicana. ¡Qué emocionante presenciar el renacimiento de las viejas glorias!