
#Opinión | Jorge Montejo
La carrera por la gubernatura de Hidalgo ya comenzó, y con ella, el show de siempre: reciclaje de políticos, acuerdos en lo oscurito y, por supuesto, personajes desesperados por llamar la atención. Morena ganó en Hidalgo montado en el efecto AMLO, pero, fiel a su estilo, rápidamente hizo acuerdos con los mismos priistas millonarios que por décadas controlaron el estado. No sorprende que ahora estemos viendo a tantos exorcistas en Morena, tratando de espantar los fantasmas del PRIAN… aunque más bien parecen estar dándoles la bienvenida con alfombra roja.
El resultado de esta fusión no ha sido muy alentador. En la última encuesta, el PRIMOR (esa creatura híbrida que junta lo peor del PRI con lo peor de Morena) quedó en el último lugar, incluso por debajo de estados con gobiernos priistas. Nada mal para un partido que prometió el cambio, pero que se alió con políticos del PRI.
Pero lo más entretenido es ver cómo ciertos políticos, apenas ponen un pie en su puesto, inmediatamente comienzan a hacer campaña para el que sigue, sin haber trabajado ni un solo día. En Hidalgo, los nombres ya están sobre la mesa, y las estrategias para hacerse notar rayan en lo ridículo.
Ahí está Simey Olvera, senadora de Morena, cercana a Willy T y al grupo de Abraham Mendoza, quien en todo su tiempo como legisladora local y federal no ha logrado que le aprueben ni una sola iniciativa. Sin resultados que presumir, ha optado por el método más antiguo del oportunismo político: pegarse a las figuras nacionales para ver si algo se le pega. Así la hemos visto en conferencias junto a Noroña y Adán Augusto López, con la esperanza de que su sombra le dé algo de relevancia, después de haber aparecido con casi toda la mafia del poder en distintas fotografías publicadas en este espacio.
Otra que por su posición política actual la convierte aspirante es Rebeca Aladro, presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Hidalgo, quien después de haber cumplido con los requisitos, por un golpe de suerte (tómbola) fue seleccionada para competir por el cargo de ministra de la Suprema Corte de Justicia, además de tener en puerta una próxima reforma judicial estatal.
Mientras tanto, el efecto AMLO, ese que convirtió a Morena en una aplanadora electoral, ya está en declive, y no porque AMLO haya sido mal presidente sino porque es natural en todo proceso democrático. La narrativa de Estados Unidos contra el gobierno mexicano, de que está aliado con el narco viene con todo, y la luna de miel con el electorado se está terminando por tanto priista en Morena. ¿Cómo les irá en las próximas elecciones hidalguenses?
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Por ahí no debemos olvidar a Susy Angeles, quien tiene buenas relaciones con el gobierno de la Claudia Sheinbaum y no es del PRIMOR o hasta Lisset Maecelino.
Asimismo Carolina Viggiano seguramente entrará al show.