
Caravana con sombrero ajeno con la inauguración de la carretera hacen los del PRIMOR
#Opinión | Jorge Montejo
Claudia Sheinbaum, presidenta de México y salvavidas oficial del gobierno del PRIMOR, aplicó nuevamente su fórmula infalible para tapar agujeros políticos en Hidalgo: inaugurar carreteras “en abonos”. Esta vez tocó turno a la carretera Real del Monte–Huasca, o más bien, a un flamante, larguísimo y titánico tramo de… nueve kilómetros.
Sí, leyó usted bien. Todo un viaje presidencial, convoyes de seguridad, discursos apasionados y foto oficial para un tramo carretero más breve que la fila para las tortillas un domingo en Pachuca. ¿El resto del proyecto hasta Huejutla? No se preocupe, esa novela está más larga que serie de Netflix. Seguramente la veremos por capítulos, con cada entrega cuidadosamente dosificada para cada vez que Hidalgo tropiece, pierda popularidad o se le incendie la casa política.
Porque parece que la nueva estrategia presidencial para ayudar al gobernador hidalguense consiste precisamente en venir a inaugurar cachitos de carretera cada vez que exista algún apuro político o se les caiga el changarro con protestas sociales, inseguridad o desencuentros con la ciudadanía.
No nos extrañaría que, al paso que vamos, Claudia Sheinbaum inaugure el próximo tramo en la siguiente crisis de popularidad del gobierno hidalguense del PRIMOR. Y así sucesivamente, con su presencia milagrosa, tramo por tramo, kilómetro por kilómetro, metro por metro, hasta que, casualmente antes de las próximas elecciones, termine por inaugurar el último pedazo, aplaudida por los mismos funcionarios que no han logrado terminar el proyecto en años.
Este innovador método gubernamental podría revolucionar la política en México: carreteras por pedazos para subir popularidad por ratitos. Imagine, si los baches en Pachuca se inauguran uno por uno cada vez que al gobernador se le complica algo, hasta Menchaca podría terminar como héroe nacional, con tantas cintas cortadas como días tiene el año.
En fin, paciencia hidalguenses. Cada que vean venir a Claudia Sheinbaum con tijeras y listón, recuerden que están viendo una estrategia política de emergencia: la presidenta viene a levantarle el changarro a Menchaca para la revocación de mandato… una inauguración parcial a la vez.
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Posdata: Quizá Claudia Sheinbaum no lo ha notado aún, pero cada vez que llega a rescatar al gobierno de Hidalgo cortando listones en pequeñas dosis, en lugar de fortalecer su imagen en Hidalgo, termina desgastándola. Aquí, respaldar al PRIMOR no suma, sino resta, porque más que solidaridad, la ciudadanía lo interpreta como complicidad con un gobierno al que ya le conoce perfectamente todos sus baches y es lo mismo de siempre.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México y salvavidas oficial del gobierno del PRIMOR, aplicó nuevamente su fórmula infalible para tapar agujeros políticos en Hidalgo: inaugurar carreteras “en abonos”. Esta vez tocó turno a la carretera Real del Monte–Huasca, o más bien, a un flamante, larguísimo y titánico tramo de… nueve kilómetros.
Sí, leyó usted bien. Todo un viaje presidencial, convoyes de seguridad, discursos apasionados y foto oficial para un tramo carretero más breve que la fila para las tortillas un domingo en Pachuca. ¿El resto del proyecto hasta Huejutla? No se preocupe, esa novela está más larga que serie de Netflix. Seguramente la veremos por capítulos, con cada entrega cuidadosamente dosificada para cada vez que Hidalgo tropiece, pierda popularidad o se le incendie la casa política.
Porque parece que la nueva estrategia presidencial para ayudar al gobernador hidalguense consiste precisamente en venir a inaugurar cachitos de carretera cada vez que exista algún apuro político o se les caiga el changarro con protestas sociales, inseguridad o desencuentros con la ciudadanía.
No nos extrañaría que, al paso que vamos, Claudia Sheinbaum inaugure el próximo tramo en la siguiente crisis de popularidad del gobierno hidalguense del PRIMOR. Y así sucesivamente, con su presencia milagrosa, tramo por tramo, kilómetro por kilómetro, metro por metro, hasta que, casualmente antes de las próximas elecciones, termine por inaugurar el último pedazo, aplaudida por los mismos funcionarios que no han logrado terminar el proyecto en años.
Este innovador método gubernamental podría revolucionar la política en México: carreteras por pedazos para subir popularidad por ratitos. Imagine, si los baches en Pachuca se inauguran uno por uno cada vez que al gobernador se le complica algo, hasta Menchaca podría terminar como héroe nacional, con tantas cintas cortadas como días tiene el año.
En fin, paciencia hidalguenses. Cada que vean venir a Claudia Sheinbaum con tijeras y listón, recuerden que están viendo una estrategia política de emergencia: la presidenta viene a levantarle el changarro a Menchaca para la revocación de mandato… una inauguración parcial a la vez.
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Posdata: Quizá Claudia Sheinbaum no lo ha notado aún, pero cada vez que llega a rescatar al gobierno de Hidalgo cortando listones en pequeñas dosis, en lugar de fortalecer su imagen en Hidalgo, termina desgastándola. Aquí, respaldar al PRIMOR no suma, sino resta, porque más que solidaridad, la ciudadanía lo interpreta como complicidad con un gobierno al que ya le conoce perfectamente todos sus baches y es lo mismo de siempre.