Captura histórica: Harfuch desmantela el imperio de ‘El H’ en Hidalgo



Alonso Quijano 

La mañana del 24 de abril de 2025 será recordada como el punto de inflexión para Hidalgo. En un operativo sin precedentes, coordinado por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) bajo el liderazgo de Omar García Harfuch, fue capturado ‘El H’, uno de los principales operadores del robo de hidrocarburos en el país. El golpe no solo desmanteló una estructura criminal que se creía intocable: también devolvió la esperanza a comunidades asediadas por años de violencia y corrupción.

Durante la intervención, realizada en municipios estratégicos como Tula de Allende, Cuautepec y Santiago Tulantepec, se aseguraron más de 2 mil 700 litros de hidrocarburo robado, 24 vehículos utilizados en actividades ilícitas, armas de fuego, drogas, equipos de extracción y material táctico. La operación, diseñada a partir de modelos de inteligencia aplicada que Harfuch impulsó en la Ciudad de México, fue apoyada por elementos del Ejército Mexicano, la Marina, la Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República.



El operativo no fue casualidad. Hidalgo lidera desde hace años la estadística nacional de tomas clandestinas: solo entre enero y septiembre de 2024 se detectaron mil 911 perforaciones ilegales, particularmente en el ducto Tuxpan–Tula. Con información precisa, el equipo de inteligencia federal identificó los movimientos de ‘El H’ y utilizó drones y tecnología de rastreo avanzada para cercarlo. La estrategia, basada en datos y trabajo de campo, evitó enfrentamientos con civiles y permitió una captura quirúrgica.

La caída de ‘El H’ marca un antes y un después en la seguridad del estado. En Tula de Allende, su detención rompió el ciclo del miedo que mantenía a comerciantes, transportistas y vecinos bajo el yugo del huachicol y las extorsiones. Lo que siguió fue igual de histórico: un movimiento ciudadano espontáneo surgió en plazas, calles y escuelas. La población, lejos de recluirse en sus casas, salió a reclamar su ciudad, a pintarla de vida y dignidad.

Esta captura es también el primer gran resultado del eje estratégico de seguridad planteado por Harfuch: ampliar y fortalecer las capacidades de inteligencia e investigación como base de cualquier acción policial. Operaciones como “Enjambre”, que destapó redes de complicidad entre el crimen organizado y autoridades locales, son el antecedente de esta nueva fase en el combate a la delincuencia.

El éxito en Hidalgo no es un hecho aislado. Entre el 20 y el 22 de diciembre del año pasado, el gabinete de Seguridad Federal localizó 22 tomas clandestinas en Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Jalisco y Estado de México, una muestra de la expansión y la gravedad del fenómeno del robo de hidrocarburos, así como de la necesidad de actuar con coordinación e inteligencia.

Hoy, Tula de Allende respira diferente. No es solo la captura de un criminal: es la demostración de que la fuerza combinada de estrategia, comunidad y voluntad política puede vencer a cualquier sombra. Como lo dijo un ciudadano anónimo que colocó una pancarta improvisada frente a la plaza principal: “Hoy, Tula se levantó”.

El reto ahora será consolidar estos avances: no solo desarticular imperios criminales, sino garantizar que la ciudadanía sea el eje de la seguridad en México. Porque la verdadera paz no se impone: se construye día a día, entre todos.