Xóchitl Gálvez despide al Papa con faltas de ortografía



Jorge Montejo

La excandidata presidencial Xóchitl Gálvez, siempre preocupada por la solemnidad y la buena ortografía (o al menos eso queremos creer), acudió muy compuesta a la Nunciatura Apostólica para presentar sus condolencias por el fallecimiento del papa Francisco. Un gesto que habría sido digno de aplauso… de no ser porque en su mensaje público cometió errores ortográficos que rápidamente le ganaron más críticas que likes.

Desde su cuenta de X (antes Twitter, para los nostálgicos), Gálvez quiso unirse a las expresiones de duelo de millones de católicos en México y el mundo. Sin embargo, el verdadero drama no fue su foto de condolencias, muy al estilo de “selfie solidaria” a la Sandra Cuevas, sino la manera en que la lengua española sufrió en sus manos.

En su emotivo mensaje, escribió: “Expresé mi deseo porque la valentía y sencillez del Santo Padre motiven a nuevas generaciones. Mi sentido pésame a mis hermanas y hermanos católicos y a la Iglesia”. El pequeño detalle es que, en el idioma español, decir “mi deseo porque” no es precisamente una construcción brillante; y claro, como las redes no perdonan, el linchamiento ortográfico fue inmediato.


Mientras tanto, en Roma, el funeral del papa Francisco —el primer pontífice latinoamericano, jesuita y defensor incansable de los marginados— se desarrollaba con profunda emoción. Personas sin hogar, migrantes, presos y transexuales cargaron rosas blancas para despedir al hombre que dedicó su vida a dar voz a los olvidados, mientras Xóchitl en México luchaba, no contra la pobreza ni el cambio climático, sino contra las reglas más básicas de la gramática.

El cardenal Giovanni Battista Re recordó durante la homilía los valores que Francisco defendió: protección a migrantes, lucha contra el cambio climático, y el deber de construir puentes en lugar de muros. Ironías de la vida: quienes más combaten estas causas suelen ser quienes más presumen su fervor religioso… aunque a veces ni escribir bien puedan.

Así, Xóchitl Gálvez, en su intento de sumar puntos con la comunidad católica, terminó sumando un nuevo capítulo a su ya abundante colección de momentos involuntariamente cómicos. Un consejo amigable para la próxima: además de visitar la Nunciatura, quizá no estaría mal hacer una pequeña escala previa… en un taller de redacción.