
Julio Gálvez
En Hidalgo impera lo que el economista mexicano Luis Pazos denomina "capitalismo de cuates", una estructura económica en la cual un grupo selecto de políticos se apropia del gobierno con la complicidad de empresarios y prestanombres corruptos, limitando la libre competencia y sumiendo a la región en un permanente subdesarrollo. Esta estructura está profundamente politizada y perpetuada por una élite que recicla sus apellidos en los puestos clave del poder, heredando cargos y privilegios a las siguientes generaciones.
Según el politólogo Giovanni Sartori, en su obra "La Democracia en 30 lecciones", una democracia real requiere una competencia genuina y efectiva entre partidos políticos que representen verdaderas alternativas. En contraste, Hidalgo ejemplifica claramente el "gatopardismo" descrito por Giuseppe Tomasi di Lampedusa en su novela "El gatopardo", donde todo cambia superficialmente para que, en esencia, todo siga igual. Esto queda patente en la reciente historia política del estado con la llegada y establecimiento de Morena al poder.
La salida de Andrés Manuel López Obrador de la presidencia ha sido aprovechada por grupos políticos locales para reincorporar a las viejas élites priistas en Morena. El caso emblemático es el pacto entre Omar Fayad y Ricardo Monreal (cercano a Murillo Karam), quienes negociaron la entrega de Hidalgo, a cambio de desactivar un documento de desaparición de poderes planteada originalmente por diputados locales de Morena, víctimas de invasión de esferas por parte del Ejecutivo estatal al Poder Legislativo en 2018.
Si bien es cierto el mencionado documento tenía el fin de derrocar el PRI del poder en Hidalgo, lamentablemente terminó convirtiéndose en la puerta de entrada para decenas de "chapulines" y juniors del antiguo sistema político. Este pacto político favoreció a expriistas que rápidamente adoptaron la bandera morenista, provocando que auténticos militantes del partido fueran marginados.
Desde la Secretaría de Formación Política de Morena ha fracasado en la tarea de construir cuadros políticos sólidos, optando en cambio por legitimar candidaturas previamente acordadas entre las élites económicas y políticas locales. Militantes y simpatizantes fueron utilizados solamente para dar una apariencia democrática a una decisión que estaba tomada de antemano, evidenciando un cambio meramente cosmético y no estructural.
Sin embargo, pese al panorama actual, autores como Norberto Bobbio, en su obra "El futuro de la democracia", argumentan que la democracia sigue siendo un sistema dinámico, susceptible de cambio y mejora continua. El verdadero reto para Hidalgo ahora reside en romper con las inercias que han corrompido la política estatal, permitiendo así elecciones libres y auténticas, capaces de reflejar verdaderamente las necesidades cambiantes del pueblo.
Mientras tanto, la ciudadanía hidalguense deberá ser quien impulse una transición hacia un sistema político realmente competitivo, desplazando a aquellos que buscan preservar sus privilegios a toda costa, y dando paso a nuevas generaciones comprometidas con una auténtica democracia y desarrollo económico y social.
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Pd. Por cierto Julio Menchaca siempre estuvo enterado de la jugada política y jurídica.