
Alonso Quijano
En una tercera carta enviada en menos de una semana a la presidenta Claudia Sheinbaum, el expresidente Ernesto Zedillo solicitó nuevamente la realización de una auditoría internacional e independiente a los principales proyectos de infraestructura emprendidos durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Entre las obras señaladas por el exmandatario destacan la Refinería Olmeca en Dos Bocas, el Tren Maya y la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco.
Zedillo acusó a la actual presidenta de desviar la atención pública hacia su sexenio y al tema del rescate bancario, con el fin de —según sus palabras— “ocultar los daños causados por las obras inútiles y acciones del Gobierno anterior”. En la misiva, el exmandatario priista afirmó que su gestión ya ha sido objeto de revisiones, críticas e incluso “calumnias”, por lo que, en un acto de “consistencia democrática”, consideró necesario aplicar el mismo escrutinio al gobierno de su sucesor ideológico.
“El pueblo de México tiene derecho a saber cuánto costaron esas obras y qué beneficios se perdieron por esas gravísimas tropelías”, expresó Zedillo, al tiempo que señaló una supuesta transformación del sistema democrático en un “régimen despótico de partido hegemónico”, y llamó a Sheinbaum a defender, en su calidad de presidenta electa por medios democráticos, la institucionalidad del país.
Sin embargo, estas declaraciones fueron cuestionadas un día antes por el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Pablo Gómez, quien aseguró que el propio Zedillo ocultó durante años la auditoría al Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa). De acuerdo con Gómez, el informe fue entregado a la Cámara de Diputados en un disco encriptado con cinco llaves, una para cada partido político con representación parlamentaria en ese momento. El problema: el PRI, partido del entonces presidente, nunca entregó su llave, imposibilitando el acceso al contenido por años.
“Zedillo miente. Miente feo”, declaró el titular de la UIF, al recordar que incluso el PAN entregó una llave falsa, lo cual provocó un conflicto interno en ese partido. Finalmente, tras mucho tiempo y trabajo técnico, se logró abrir el contenido del informe, donde se documentan créditos que, según Gómez, “consideraban el crimen”.
Este nuevo intercambio entre el expresidente y la actual administración ocurre en un contexto marcado por el debate sobre la transparencia de los grandes proyectos de infraestructura y la legitimidad democrática de las instituciones. Mientras Zedillo insiste en denunciar la “destrucción del poder judicial profesional e independiente” por parte del actual gobierno, funcionarios federales lo señalan por haber reservado información clave durante su mandato, en uno de los episodios económicos más polémicos del México contemporáneo.
A pesar de las recriminaciones, el gobierno no ha anunciado aún si tomará en cuenta la propuesta de auditoría internacional que plantea el exmandatario. La discusión, sin embargo, ha reactivado el debate sobre el papel de los expresidentes, la rendición de cuentas histórica y la narrativa en torno a los grandes proyectos de infraestructura en el país.