
María Gil
23 de junio de 2025
En un anuncio que sacudió a la comunidad internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó a través de Truth Social que Irán e Israel alcanzaron un acuerdo para un alto al fuego total, tras casi dos semanas de intensas hostilidades. En su mensaje, el mandatario republicano celebró la decisión con su habitual retórica grandilocuente: “¡FELICITACIONES A TODOS! Israel e Irán han acordado plenamente que habrá un ALTO AL FUEGO total”, escribió, detallando que la tregua iniciará en seis horas, una vez que ambos países concluyan lo que llamó sus “misiones finales”.
Trump fue más allá al asegurar que, de manera oficial, Irán activará primero el alto al fuego, seguido por Israel doce horas después. Posteriormente, al cumplirse veinticuatro horas, “el mundo anunciará oficialmente el FIN DE LA GUERRA DE LOS 12 DÍAS”, afirmó el mandatario, subrayando que ambas partes se comprometieron a mantener una actitud pacífica y respetuosa durante el cese de hostilidades. En tono optimista, el presidente estadounidense felicitó a Israel e Irán por su “resistencia, coraje e inteligencia” para poner fin a un conflicto que, según él, pudo haber devastado Oriente Medio durante años.
Con su inconfundible estilo, Trump sentenció: “Esta es una guerra que podría haber durado años y destruido todo Oriente Medio, pero no lo hizo, ¡y nunca lo hará!” y, en un gesto típico de su discurso, invocó la bendición divina para ambos países, así como para toda la región y los Estados Unidos.
El anuncio, difundido en medio de un ambiente internacional crispado y de escepticismo generalizado, representa una pausa en una escalada que amenazaba con encender un nuevo polvorín en Medio Oriente. Sin embargo, aún queda por ver si el acuerdo será respetado y si la paz, más allá de la retórica, podrá sostenerse en el tiempo. Por ahora, Trump reclama el crédito político de haber logrado —al menos en el discurso— la culminación de lo que ya bautizó como “La Guerra de los 12 Días”.
En un anuncio que sacudió a la comunidad internacional, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, informó a través de Truth Social que Irán e Israel alcanzaron un acuerdo para un alto al fuego total, tras casi dos semanas de intensas hostilidades. En su mensaje, el mandatario republicano celebró la decisión con su habitual retórica grandilocuente: “¡FELICITACIONES A TODOS! Israel e Irán han acordado plenamente que habrá un ALTO AL FUEGO total”, escribió, detallando que la tregua iniciará en seis horas, una vez que ambos países concluyan lo que llamó sus “misiones finales”.
Trump fue más allá al asegurar que, de manera oficial, Irán activará primero el alto al fuego, seguido por Israel doce horas después. Posteriormente, al cumplirse veinticuatro horas, “el mundo anunciará oficialmente el FIN DE LA GUERRA DE LOS 12 DÍAS”, afirmó el mandatario, subrayando que ambas partes se comprometieron a mantener una actitud pacífica y respetuosa durante el cese de hostilidades. En tono optimista, el presidente estadounidense felicitó a Israel e Irán por su “resistencia, coraje e inteligencia” para poner fin a un conflicto que, según él, pudo haber devastado Oriente Medio durante años.
Con su inconfundible estilo, Trump sentenció: “Esta es una guerra que podría haber durado años y destruido todo Oriente Medio, pero no lo hizo, ¡y nunca lo hará!” y, en un gesto típico de su discurso, invocó la bendición divina para ambos países, así como para toda la región y los Estados Unidos.
El anuncio, difundido en medio de un ambiente internacional crispado y de escepticismo generalizado, representa una pausa en una escalada que amenazaba con encender un nuevo polvorín en Medio Oriente. Sin embargo, aún queda por ver si el acuerdo será respetado y si la paz, más allá de la retórica, podrá sostenerse en el tiempo. Por ahora, Trump reclama el crédito político de haber logrado —al menos en el discurso— la culminación de lo que ya bautizó como “La Guerra de los 12 Días”.