
6 de julio de 2025
El expresidente mexicano Enrique Peña Nieto rompió el silencio este domingo para rechazar categóricamente las acusaciones publicadas por el medio israelí The Marker, que lo señalan como beneficiario de un soborno millonario durante su administración. A través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), el exmandatario negó haber recibido 25 millones de dólares de manos de empresarios israelíes, calificando la información como una “afirmación a la ligera y dolosa”.
La nota, firmada por el periodista Gur Meggido, sostiene que un proceso de arbitraje habría revelado el pago de dicha suma a Peña Nieto entre 2012 y 2018, presuntamente a cambio de contratos otorgados a empresas de Israel, incluyendo el polémico software de espionaje Pegasus, desarrollado por NSO Group. De acuerdo con la investigación, los empresarios Avishai Neriah y Uri Ansbacher habrían actuado como intermediarios comerciales entre firmas israelíes y el gobierno mexicano durante el sexenio priista, facilitando la llegada de Pegasus y otros contratos tecnológicos.
Sin embargo, Peña Nieto aseguró que la publicación carece de “mínimo rigor periodístico” y carece por completo de pruebas. “Es totalmente falsa la nota sobre supuestas aportaciones. Es una insinuación carente de sustento alguno”, escribió, dejando entrever que, para él, existen motivaciones ocultas detrás del reportaje: “Queda la duda, en interés de quiénes se hace tal publicación”.
La denuncia de The Marker se suma a una larga lista de señalamientos de corrupción y espionaje durante el mandato de Peña Nieto, aunque hasta el momento ninguna autoridad mexicana ha presentado cargos formales por el caso Pegasus. El exmandatario, radicado actualmente en España, optó por desacreditar la investigación en vez de anunciar acciones legales o presentar pruebas que desmonten la presunta trama de corrupción internacional.
Mientras tanto, la sociedad mexicana observa con escepticismo, habituada a que los escándalos de espionaje y corrupción suelen disiparse sin mayores consecuencias judiciales. La respuesta del expresidente no despeja las dudas de fondo: ¿qué intereses económicos y políticos siguen ocultos detrás de la relación México–Israel durante los años del peñismo? Y sobre todo, ¿por qué, después de tantos años, las autoridades mexicanas siguen sin esclarecer el mayor escándalo de espionaje gubernamental de la era moderna?