
María Gil
15 de agosto de 2025
Mario Martín Delgado Carrillo, actual secretario de Educación Pública y uno de los hombres más cercanos a Claudia Sheinbaum, aparece como propietario de un departamento de lujo en el complejo Reforma 222, Torre 2, valuado en alrededor de 20 millones de pesos. La operación, según consta en la escritura pública, fue formalizada por el notario 142 de Tlalnepantla, Edgar Rodolfo Macedo Núñez, personaje con antecedentes de señalamientos por presunto fraude contra trabajadores del Infonavit y, además, hijo de Macedo de la Concha.
Los documentos notariales muestran que el inmueble fue adquirido inicialmente en octubre de 2015 por un valor declarado de 4.8 millones de pesos, aunque fuentes inmobiliarias consultadas estiman que hoy su precio de mercado ronda los 20 millones. No obstante, llama la atención que el recibo de luz correspondiente a dicho departamento refleja un pago de apenas 113 pesos por bimestre, un consumo inusualmente bajo para una propiedad de estas dimensiones, ubicada en una de las zonas más exclusivas de la Ciudad de México.

El complejo Reforma 222 fue desarrollado por la familia Daniel, ampliamente favorecida en contratos y relaciones políticas por Andrés Manuel López Obrador. A esta compra se suma que Delgado ya poseía otra propiedad en el mismo conjunto, cuyo valor, según su declaración patrimonial, fue reducido de manera drástica, lo que alimenta sospechas sobre una posible subvaluación deliberada.
Además de este patrimonio inmobiliario, Delgado ha sido fotografiado en vacaciones de lujo en Portugal, contraste evidente con su ingreso como servidor público. Los nuevos documentos exhiben que, en agosto de 2024, adquirió otros departamentos en el mismo complejo por más de 15 millones de pesos, consolidando un patrimonio que difícilmente se explica con su trayectoria salarial como funcionario.
El caso reaviva las críticas sobre el enriquecimiento acelerado de altos funcionarios de la autodenominada Cuarta Transformación, que en el discurso prometieron austeridad, pero que en los hechos acumulan bienes millonarios. En el llamado “Año de Hidalgo” del obradorismo, Mario Delgado se suma a la lista de los nuevos ricos morenistas cuyo gasto patrimonial no cuadra con los ingresos que reportan.