El histórico líder del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada, de 77 años, admitió este lunes ante una corte federal en Nueva York su responsabilidad en delitos de narcotráfico y delincuencia organizada, en el marco de la Ley RICO.
El capo aceptó cargos por importar y distribuir drogas en Estados Unidos y, a cambio, la Fiscalía se comprometió a no solicitar la pena de muerte. Vestido con uniforme de recluso, Zambada leyó en español el acuerdo frente al juez Brian Cogan, el mismo que procesó a Joaquín “El Chapo” Guzmán y al exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna.
Durante la audiencia, Zambada confesó que su organización financió la corrupción en México mediante sobornos a policías, militares y políticos, lo que permitió al cártel operar con libertad durante décadas. También reconoció haber traficado marihuana, cocaína, heroína y fentanilo, acumulando fortunas millonarias, y pidió perdón por el daño y la violencia causados en ambos países.
El juez fijó la sentencia para el 13 de enero de 2026, fecha en la que podría recibir cadena perpetua, además de una multa de 15,000 millones de dólares, a cubrirse con el decomiso de bienes y activos. Su abogado, Frank Pérez, adelantó que no habrá colaboración con las autoridades estadounidenses, descartando la entrega de información sobre cómplices o funcionarios.
La caída de “El Mayo” llega un año después de su entrega en circunstancias poco claras, que él mismo describió como una traición por parte de los herederos de “El Chapo” Guzmán. Según su versión, fue secuestrado en Sinaloa y entregado a Estados Unidos, lo que derivó en una sangrienta disputa entre facciones del cártel que ha dejado decenas de víctimas en la región.
El gobierno de Claudia Sheinbaum sigue de cerca el proceso, mientras cuestiona la estrategia de la administración de Donald Trump, que combina extradiciones y acuerdos judiciales con acciones militares fuera de su territorio contra organizaciones criminales.