
Alonso Quijano
Papantla, Veracruz, 4 de agosto de 2025.— La violencia del crimen organizado volvió a sacudir el norte de Veracruz este lunes, luego de que fueran encontrados al menos tres cuerpos desmembrados abandonados en bolsas negras sobre el kilómetro 180 de la carretera federal Poza Rica–Cazones, a la altura de la localidad de El Palmito, municipio de Papantla.
Junto a los restos humanos fue localizada una narcomanta presuntamente firmada por el grupo criminal conocido como Grupo Sombra o Mafia Veracruzana, organización que mantiene una fuerte disputa por el control de la región. El hallazgo fue reportado desde las primeras horas de la mañana por automovilistas que transitaban la vía, lo que generó una inmediata movilización de elementos del Ejército, Guardia Nacional y policías estatales, quienes acordonaron la zona y cerraron temporalmente la carretera para permitir el trabajo de los peritos ministeriales.
La Fiscalía General del Estado confirmó la apertura de una carpeta de investigación, aunque hasta el momento no ha precisado el número exacto de víctimas ni sus identidades. Medios locales reportan que los cuerpos fueron desmembrados y abandonados como advertencia en medio de la creciente ola de violencia en la región.
Este episodio ocurre en un contexto particularmente violento para la zona norte de Veracruz. Apenas el fin de semana pasado, el penal de Tuxpan fue escenario de un motín que dejó al menos siete reos muertos y once más heridos, en hechos relacionados con presuntas extorsiones y agresiones cometidas por integrantes del mismo grupo criminal al interior del penal.
Días antes, el secuestro y posterior asesinato de Irma Hernández, profesora jubilada y taxista, provocó indignación nacional. La gobernadora Rocío Nahle aseguró que la víctima murió de un infarto derivado del secuestro, una declaración que generó críticas y cuestionamientos sobre el manejo de la crisis de seguridad y la posible minimización de la violencia que azota al estado.
Veracruz atraviesa una de las etapas más complejas de los últimos años, con al menos seis grupos delictivos disputando el control de rutas estratégicas y actividades ilícitas. La Mafia Veracruzana, en particular, ha intensificado su presencia y violencia en municipios como Poza Rica, Tuxpan, Papantla y Álamo, donde las extorsiones y los ataques a taxistas se han vuelto frecuentes. La población vive bajo el temor constante y la sensación de impunidad, mientras las autoridades intentan contener la ola criminal con resultados limitados.
El hallazgo de los cuerpos desmembrados y el mensaje dejado por el grupo criminal confirman la gravedad de la crisis de seguridad en el norte de Veracruz, donde la violencia se ha convertido en parte del día a día para miles de familias. La respuesta de las autoridades ha sido insuficiente ante la capacidad de fuego y la brutalidad de las organizaciones criminales, dejando a la población en un estado de incertidumbre y miedo.