En el corazón de Katmandú, donde las calles estrechas y el tráfico congestionado parecían un obstáculo insuperable, un cambio revolucionario está en marcha. Nepal ha logrado algo que pocos países pueden presumir: el 76 % de los vehículos de pasajeros vendidos recientemente son eléctricos, una cifra que lo posiciona como líder mundial en adopción de esta tecnología.
Este salto no es casualidad, sino resultado de políticas gubernamentales enfocadas en aprovechar su abundante energía hidroeléctrica y reducir la dependencia de combustibles fósiles importados. Además, la cercanía con China, el mayor productor mundial de autos eléctricos, ha facilitado el acceso a vehículos accesibles y modernos, impulsando aún más la transición.
Los nepalíes están dejando atrás el ruido y la contaminación de los motores tradicionales para abrazar un futuro más limpio y silencioso. Las estaciones de carga, ahora comunes en las carreteras, se han convertido en puntos de encuentro donde conductores disfrutan de cafeterías y áreas de descanso, mientras sus autos recargan energía.
Esta transformación llega en un momento crucial, pues la Agencia Internacional de Energía estima que para 2050 habrá cerca de mil millones de vehículos en todo el mundo, la mayoría en países de ingresos bajos y medios. Nepal muestra con hechos que es posible crecer sin sacrificar el medio ambiente.
Mientras algunos países frenan la entrada de vehículos eléctricos chinos para proteger sus propias industrias, Nepal abre las puertas a la innovación y marca el camino hacia una movilidad sostenible para las generaciones futuras.