
#OpiniónPolítica | Jorge Montejo
23 de agosto de 2025
La política mexicana es un circo en donde los trapecistas de ocasión —chapulines, oportunistas y personajes sin convicción alguna— brincan de un partido a otro con la misma facilidad con la que cambian de discurso. Morena, en su apogeo, se convirtió en la gran red que atrapó a lo peor de la fauna política: expriístas resentidos, expanistas en busca de acomodo, experredistas nostálgicos y una horda de arribistas sin ideología que vieron en el partido guinda un boleto rápido al poder. Ahí están todos, hacinados, esperando su siguiente salto.

La pregunta es: ¿hacia dónde van ahora que el efecto AMLO comienza a agotarse? Movimiento Ciudadano parece el destino más tentador para muchos de estos reciclados, aunque no faltarán quienes intenten regresar al PRI o al PAN, como si nada hubiera pasado. Pero el contexto abre una oportunidad inédita: el PRI, con todos sus pecados, podría reconstruirse. La razón es sencilla: los traidores ya no están, se fueron con Morena, y en ese vacío queda la posibilidad de refundar un partido que parecía condenado al archivo histórico.
Eso sí, la reconstrucción requiere liderazgo y sacrificios. Figuras como Miguel Ángel Osorio Chong, aún con todo lo que se diga, tendrían que regresar al PRI si de verdad quieren jugar un papel en este nuevo capítulo. Y, al mismo tiempo, personajes como Carolina Viggiano tendrán que entender que su fuerza no radica en imponer, sino en ceder, sumar y pactar. Si las próximas elecciones para gobernador en Hidalgo exigen unidad, esta tendrá que ser total: si la candidatura recae en Carolina, todos tendrán que apoyarla; si la opción es José Antonio Rojo, la disciplina tendrá que ser la misma.
El PRI, junto al PRD, el PAN y Movimiento Ciudadano, tiene frente a sí la tarea de construir un gran pacto de unidad en Hidalgo. Solo así podrá confrontar a Morena y a su ejército de chapulines, que hoy presume poder pero que mañana buscará dónde acomodarse. El riesgo, por supuesto, es repetir la vieja historia de los años del PRD en Hidalgo bajo Luciano Cornejo: venderse al mejor postor y traicionar a la oposición. Esa tentación siempre existirá, pero al menos hoy los oportunistas e hipócritas están perfectamente identificados por el pueblo. Están en Morena, y la sociedad lo sabe.
La coyuntura abre un escenario irónico: un PRI desgastado que podría renacer justamente porque ya no tiene adentro a los que siempre lo traicionaron. El tiempo dirá si esta es la oportunidad de reconstruir un partido histórico o simplemente el preludio de otro salto de chapulines en el eterno juego del poder.
____________
Posdata: en la segunda fotografía podemos observar a varios de esos chapulines de Morena que en su momento pactaron con Simón Vargas, Secretario de Gobierno de Omar Fayad. No olvidemos que Vargas fue quien se encargó de comprar a “morenitas” sin ideales, para que los oportunistas pudieran infiltrarse en el movimiento y hacerse pasar por representantes de la transformación, cuando en realidad solo responden a los viejos intereses del priismo reciclado. Personajes que se observan por detrás de la foto.