Hidalgo vs Iturbide



28 de septiembre de 2025

Septiembre mes de la patria, pero, ¿Qué se celebra? El 15 de septiembre era el cumpleaños de Porfirio Díaz más no la consumación de la independencia, sí el inicio más no la consumación que se daría mucho después es lo que se conmemora.

En este mes hay que corregir que el padre de la patria no solo es Miguel Hidalgo, el iniciador si, más no el consumador lo que es importante destacar, ya que debemos de conciliarnos con nuestro pasado para poder entender el porque estamos en el hoy, viviendo cosas características de un pasado convulso

¿Celebrar la Consumación de la Independencia? ¿Elevar a don Agustín de Iturbide al cielo de la Patria junto a Hidalgo y Morelos? y en un acto de justicia ¿concederle también la paternidad de la Nación mexicana? Parecía una decisión disparatada. Propia, tal vez, de la reacción mexicana, de los mochos y “cangrejos” conservadores, pero no de un gobierno revolucionario, progresista y jacobino como el que representaba Álvaro Obregón en 1921.

Algunas voces revolucionarias, alarmadas tan sólo por la idea, recordaron que apenas unos años atrás, en 1914, Antonio Díaz Soto y Gama –intelectual zapatista y en 1921 obregonista- en plena Convención Revolucionaria había intentado destruir la bandera mexicana, porque con sus tres colores –verde, blanco y rojo-, Iturbide, el más reaccionario de los reaccionarios, logró unificar bandos que parecían irreconciliables y alcanzó a consumar la independencia, otorgándole a la Nueva España la calidad de Nación libre y soberana. Era imperdonable: la independencia era obra de Hidalgo, Morelos y Guerrero, pero jamás de Iturbide.

Y sin embargo, la familia revolucionaria, que ya entonces comenzaba su camaleónica vocación, olvidó su jacobinismo y decidió conmemorar el 27 de septiembre bajo una lógica típicamente revanchista: si en septiembre de 1910 el porfiriato había rendido honores a la Patria con las fastuosas fiestas del Centenario de la independencia, el nuevo gobierno emanado de la sacrosanta revolución no podía ser menos y echó su cuarto de espadas para celebrar el Centenario, pero de la Consumación de la Independencia.

“Aquel Centenario fue una humorada costosa”, escribiría años después José Vasconcelos. El gobierno de Obregón dejó de lado el significado histórico de la fecha y atendió más a la forma. Aun así, los festejos quedaron lejos de la expectación, el lucimiento y la alegría que recorrió el país en septiembre de 1910. Resultaba lógico: “Nunca se habían conmemorado los sucesos del Plan de Iguala y la proclamación de Iturbide, -escribió Vasconcelos- ni volvieron a conmemorarse después”.

En 1921, el gobierno de Obregón tuvo la posibilidad de realizar un acto de justicia, una reivindicación histórica y reconciliar a la nación mexicana -que apenas salía de terrible guerra fratricida-, a través del reconocimiento de una fecha de igualdad como lo había sido el 27 de septiembre de 1821. Pero lejos de hacerlo ratificó la sentencia que desde 1823 caía sobre la memoria histórica de Iturbide: estaba condenado al infierno cívico de la historia mexicana.

La consumación de la independencia seguirá siendo una fecha más en los almanaques de la historia patria.