El Museo del Louvre, uno de los recintos culturales más importantes del mundo, fue cerrado este domingo tras un audaz robo que dejó al descubierto una grave vulnerabilidad en la seguridad del emblemático recinto. Nueve piezas de joyería histórica, vinculadas a Napoleón Bonaparte y a la emperatriz Joséphine, fueron sustraídas de la galería conocida como Galerie d’Apollon, donde se exhiben parte de las joyas de la corona francesa.
De acuerdo con reportes de AP, Reuters y Time, el robo ocurrió alrededor de las 9:30 de la mañana, cuando un grupo de individuos ingresó al museo por una zona en restauración. En un operativo que duró apenas entre cuatro y siete minutos, los ladrones rompieron vitrinas reforzadas y escaparon sin dejar rastro. Las autoridades francesas han calificado las piezas robadas como de “valor incalculable”, dado su peso histórico y simbólico.
Entre los objetos desaparecidos se encontrarían tiaras, broches y collares pertenecientes al periodo napoleónico, incluidas joyas atribuidas a Eugénie de Montijo, esposa de Napoleón III. Una de las piezas, presuntamente una corona imperial, habría sido recuperada fuera del museo, aunque se encuentra severamente dañada.
El Louvre fue inmediatamente evacuado y cerrado al público mientras la Fiscalía de París abrió una investigación por “robo organizado”. La policía judicial francesa encabeza las pesquisas con apoyo del Ministerio del Interior y el Ministerio de Cultura, que calificaron el hecho como “una tragedia para el patrimonio histórico de Francia”.
Hasta el momento no hay detenidos ni se ha revelado el monto estimado de las pérdidas. El museo permanecerá cerrado hasta nuevo aviso mientras se evalúan los daños y se refuerzan los protocolos de seguridad.
El asalto al Louvre ha causado conmoción internacional. Expertos en arte y patrimonio han comparado este episodio con los grandes robos de museos ocurridos en Europa durante el siglo XX, subrayando que recuperar las joyas será extremadamente difícil debido a su alto valor en el mercado negro y la posibilidad de que sean desmanteladas para borrar su origen.
El Louvre, que alberga obras icónicas como La Mona Lisa y La Victoria de Samotracia, enfrenta ahora uno de los mayores desafíos de su historia moderna: proteger su legado frente a un crimen que ha dejado una herida profunda en la memoria cultural de Francia.
