Recortar salud no es austeridad



Alonso Quijano 

2 de noviembre de 2025

El gobierno de Claudia Sheinbaum parece decidido a continuar con la tradición iniciada por su antecesor: ajustar el cinturón… pero al cuello del sistema de salud. El proyecto de presupuesto 2026 contempla un recorte de 935 millones de pesos (−29%) al Hospital Infantil de México, el mismo que atiende a miles de niños con enfermedades graves y cuya única culpa es haber nacido en un país donde la “austeridad republicana” se convirtió en una excusa para la negligencia.

El análisis que se discutirá la próxima semana en la Cámara de Diputados revela una tendencia que ya no sorprende, pero sí indigna: una reducción de 10 mil millones de pesos en conjunto para los Institutos Nacionales de Salud. Cifras que duelen por sí solas:

• Instituto Nacional de Cancerología: −1,000 millones (−32%)

• Instituto Nacional de Cardiología: −937 millones (−31%)

• Hospital General de México: −1,600 millones (−24%)

• Hospital Infantil: −935 millones (−29%)

El diputado panista Éctor Jaime advirtió lo evidente: “Quitarle dinero a los Institutos Nacionales de Salud es quitarle el derecho a la salud a la población más vulnerable”. Pero en la narrativa oficial, todo suena mejor cuando se disfraza de “optimización del gasto” o “reingeniería presupuestal”. Mientras tanto, los médicos del Hospital Infantil denuncian que ya escasean los insumos para cirugías y tratamientos, y los padres de familia hacen colectas para comprar medicamentos que el gobierno dejó de proveer.

La paradoja es grotesca: se presume un “nuevo modelo de salud universal” mientras se reduce el dinero a los hospitales que sostienen el sistema público. En los discursos, el humanismo mexicano; en los números, el desdén por la vida. A este paso, la única “eficiencia” que logrará el régimen será reducir los tiempos de espera… porque habrá menos pacientes vivos para atender.